todo irá bien
Este odio es vuestro miedo
Trump molesta sobre todo a los que están convencidos de que no tienen nada competitivo que ofrecer
Soledad arrepentida de su fuerza
Amor y tropas
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Iniciar sesiónEste odio histérico a Trump y a Israel no tiene un origen estrictamente ideológico. Hemos estado ahí muchas veces y os conocemos bien. Por supuesto que acaba convertido en propaganda –todo lo convertís en propaganda– pero nace de una inseguridad previa en la propia ... capacidad y el talento. Este odio es vuestro miedo. El miedo a que un día os ilumine el foco y todo el mundo pueda ver cómo tembláis en vuestros complejos. Hace décadas que este pavor lo lleváis incrustado muy adentro.
Trump ofende a los que se duchaban en calzoncillos tras las clases de gimnasia en el colegio, a los que sacaban malas notas y culpaban al maestro, a los que tantas lecciones dieron y nada alcanzaron y fue culpa de Franco, a los que no pueden comprar un piso en Madrid o Barcelona e insultan a los bancos. Israel desagrada al okupa, al 'skin', al que rechaza cualquier esfuerzo –y ya no digamos una travesía por el desierto– por conseguir lo que quiere; Israel es un espejo demasiado incómodo para los que no tensan su vida con una misión trascendente tal como el presidente Trump molesta sobre todo a los que están íntimamente convencidos de que no tienen nada competitivo que ofrecer y corren a esconderse bajo las faldas del colectivismo.
No podéis con el mundo, no podéis con vuestro infierno. A todos nos arde algo pero hemos aprendido a llevarlo con aseo y convirtiéndolo en amor para legar a nuestros hijos un tiempo nuevo. A todos se nos extravió el Paraíso, el unicornio azul ayer se nos perdió, pero hicimos cenefas con el dolor y lo superamos en lugar de venderlo como veneno en el mercado negro. Vuestro odio no es político ni razonador. Está enroscado en vuestra oscuridad, en los restos de una derrota que agitáis como bandera pero de la que en el fondo os avergonzáis. Trump os enfrenta al trauma y os obliga a resolverlo y por eso vuestra reacción es tan brutal. Querríais volver a las duchas del colegio con un cuerpo distinto y os empeñáis en jugar a guerras que perdisteis hace casi un siglo. Demasiada tristeza. Cuánta soledad.
Luego todo esto se conceptualiza y se vuelve libelo, pancarta, canción. Pero el primer abismo no es político sino muy íntimo y desgarrador, y si tiras el hilo de cualquier discurso antiamericano, antisionista o 'woke' hay un ser humano desvalido, una educación deplorable y un resentimiento atroz.
Es cierto que las formas de Trump o Musk podrían ser mejores. Es cierto que el día de un accidente aéreo no es lo más delicado abrir un debate sobre el proceso de selección de los operadores. Pero es más cierto que para la izquierda los únicos buenos modales que Israel y la derecha podríamos tener es cancelar nuestra existencia; y no es menos tajante, ni menos fundamental, que si insistimos en elegir por cuotas sexistas o raciales a los profesionales para sus cargos acabaremos todos y a pedacitos flotando en el Potomac.
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