TODO IRÁ BIEN
Dos años
De nada nos servirá ahora, tampoco, decir que Sánchez es un cadáver político si no lo hacemos efectivo
Marines contra Pep
Cataluña soy yo
Los cadáveres no duran dos años y si la derecha no mata Pedro Sánchez en las próximas semanas, con lo que ya hemos sabido o lo que todavía haya de publicarse, el presidente se aferrará a su supervivencia como tantas veces ha hecho antes.
No basta con señalar al mal y tal como Israel ha aprendido de la Historia y no va a parar hasta terminar con Hamás e Irán, Feijóo ha de denunciar la corrupción del Partido Socialista pero no le puede bastar con escandalizarse porque la inmoralidad de Sánchez consiste en que le resbale lo putrefacto.
De noche dos años se lo llevan todo y el marido de Begoña es especialista en parecer un cadáver cuando en realidad se está haciendo el muerto a la espera de una oportunidad. Hacer pronósticos es la tentación del columnismo pobre pero si el PP espera recuperar el Gobierno por decantación y a largo plazo, lamentará no haberse arremangado la toga para rematar al César cuando más débil estaba.
Sánchez no tiene ningún otro escrúpulo que el poder y por eso se entiende tan bien con sus socios, que son el detallado mapa del barco pirata. Pretender que va a dimitir o que Puigdemont lo va a dejar caer en un ataque de decencia y dignidad es no entender en qué clase de abordaje se ha convertido España.
Lo que pensamos de Pedro Sánchez lo pensábamos desde el principio y financiar al partido con obra pública es feo, pero a nadie puede sorprenderle porque es lo que todos han hecho siempre. Peor fue que metiera a Podemos en el Gobierno o la amnistía y no supimos evitarlo. De nada nos servirá ahora, tampoco, decir que es un cadáver si no lo hacemos efectivo. Y no da igual si es hoy o en 2027. La política, como la cocina de caza, tiene estas cosas: antes hay que disparar. Un cadáver no se puede dar dos años por descontado y es imposible saber bajo qué ánimo iremos a votar si se agota la legislatura.
Lo único relevante que hemos conocido en estas conversaciones es que a pesar de que muchos años han pasado deprisa, continúan siendo tan ramplones, tan horteras, tan desgraciados los socialistas. La derecha robamos mucho mejor. Somos más serios, más formales. De todo hacemos una empresa, como nos enseñaron en casa. Los papeles de Bárcenas reflejan una organización sólida, documentada, un partido que respeta y quiere a sus trabajadores. La trama del Palau de la Música de Convergència fue una obra de arte, como los tan creativos extremos a los que Jordi Pujol júnior llevó su condición de hijo.
Pero más allá de estos detalles que tanto alegran el relato, Dios no hizo el mundo para que fuera plausible, ni los socios tienen incentivos para dejar caer a Sánchez ni Feijóo fuerza ni imaginación para matarlo. Puede que nuevas revelaciones lo destrocen la semana que viene pero sabrá hacer cosas mejores que simplemente desangrarse por el camino si sale vivo de ésta y dos años para él es tiempo de sobra para ensayar otro nuevo gran truco.
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