todo irá bien
Cuchilleros de guardia
No hay error, exceso o falta que justifique el todos contra uno, la caza al hombre como si fuera un zorro
'Justet' (30/8/23)
Media España (26/8/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa razón sin piedad hace cola en los campos de exterminio. Nada me causa más repulsa que un linchamiento. Si algo que me enorgullece de mi carácter es que no me siento violento contra mis enemigos y no hay nadie a quien aborrezca o ... desprecie lo suficiente para no recogerlo si ha caído en la noche, llevarlo al hospital y hacerle compañía hasta que llegue su esposa.
La extrema vulgaridad de la mayoría de las vidas de nuestra era, su nulo protagonismo y esa sensación –tan autoindulgente como falsa– de que lo que les ocurre es culpa de otro; el espejismo de las redes sociales, en que cualquiera se siente impune para decir lo suyo y ese puritanismo protestante, tan contrario a la compasión, nos ha llevado a comportarnos como verdugos súbitos. Cuchilleros de guardia en los absurdos circos nacionales.
No hay error, exceso o falta que justifique el todos contra uno, la caza al hombre como si fuera un zorro. Soltar a los perros está por debajo de nuestra dignidad y no importan las circunstancias. Tan cierto es que quedan en nuestra sociedad algunos restos de machismo estructural como que se está expandiendo, especialmente entre varones que quieren quedar bien, un modo feminizante de actuar. Estridente, de una gran violencia de fondo aunque sea sin tocarte un pelo, que no olvida nunca una palabra, un gesto, un desliz o un desvarío, que todo lo eleva a ofensa que tú sabes que siempre va a incordiarte aunque pagues una o mil veces por ella. Es esa feminidad ajena a la paz del mediodía y que no tiene freno, que cuenta tus gintónics en lugar de beberse los suyos y sólo sacia su sed con tu cancelación, destrucción y eliminación de los restos.
En los últimos meses está siendo muy difícil explicar, como casi siempre en España, que el hecho de que lo anterior tuviéramos que corregirlo, no significa que sea aceptable que se nos imponga en sustitución otro atropello. Entre el machismo brutal y trágico, y el feminismo vengativo y totalitario, hay un modo civilizado, prudente, agradable de comportarse y de convivir. Es la prerrogativa benigna, el recuerdo de que vivimos vidas de inevitable imperfección y que el perdón es lo divino –Fito Páez lo dice– y errar a veces, suele ser humano. Nosotros como material sensible, como seres razonables, podemos hacer algo más que gritar, algo mejor que rebajarnos a ser de un bando o de otro. Podemos no actuar como salvajes ni correr como perritos asustados a escondernos entre sus faldas y tocadores. Lo gregario tendría que avergonzarnos. Hay pocas cosas más humillantes que marchar en multitud. Los cristales al romperse hacen el ruido de la muerte. Cuando oigas a alguien hablar de los sentimientos del pueblo o de lo que quiere la calle, piensa que con la mano que no ves está encendiendo los hornos.
El fanatismo es demasiada fuerza y escasa la inteligencia. Hemos elegido un muy mal momento para pensar y escribir y yo sé algo de este riesgo. Pero nunca me vieron perder mi yo, ni la sonrisa.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete