TODO IRÁ BIEN
Churchill, Trump
Corina gusta porque Maduro continúa en el poder, y los desgraciados necesitan para consolarse la metadona de la desgracia ajena
Cae Francia
El Nobel de la Paz quisieron no dárselo a Winston Churchill y han querido no dárselo a Donald Trump. Los dos líderes encarnan la verdad más indigerible para el tipo de gente que conforma la Academia, y es que el fin siempre justifica los ... medios. Si Corina Machado hubiera derrocado al tirano con la ayuda del Ejército americano –y ya no digamos israelí– no habría sido galardonada, a pesar de que cualquiera con dos dedos de frente entiende que de haber liberado a su país habría conseguido mucha más paz que el lío que ahora hay organizado. El premio se lo han dado porque no ha pagado el precio, porque no ha puesto a la paz –que todos queremos– ante el siempre doloroso espejo de lo que cuesta.
Trump no gusta a los Nobel. Gustó Obama, el presidente americano más sanguinario de lo que llevamos de siglo, y no gustó por lo que hizo, porque le dieron el premio al inicio de su mandato. Gustó porque era negro. Negro y pobrecito. Y lo llamaron «esperanza». Si hubiera sido un negro de derechas, gordo y con cadenas, firme y con un discurso resolutivo, se habría quedado sin premio aunque hubiese hecho la paz donde Obama hizo tanta, tanta guerra. Y lo habrían llamado «fascista». Por resentimiento, por envidia.
La imposible paz que ha conseguido el presidente Trump en Gaza es una ofensa para este sentir mayoritario en el que lo palestino gusta aunque sea Hamás porque consuela a los que han perdido todas las batallas. Un líder como Trump es insoportable para los que siempre han hallado una excusa o una culpa ajena para justificar su impotencia. La victoria de Trump ofende lo mismo que la supervivencia de los judíos o del Estado de Israel. Corina gusta porque Maduro continúa en el poder, y los desgraciados necesitan para consolarse la metadona de la desgracia ajena.
La paz es siempre el fruto de la fuerza vencedora. Fuerza del bien pero fuerza. En Venezuela no hay paz porque la señora Machado no dispone de un ejército más fuerte que el de Maduro. A Hitler lo ganamos provocando espantosos ríos de sangre. La paz en Gaza ha sido posible gracias a que el Ejército de Israel ha destruido militarmente a Hamás y es importante que todo el mundo sepa que estos terroristas han aceptado este cese de las hostilidades porque están muy débiles y quieren aprovecharlo para rearmarse; y cuando puedan, volverán a secuestrar, a violar, a mutilar y a asesinar para conseguir su único objetivo, que es la extinción del Estado judío. Trump ha trabajado mucho y muy bien para llegar a este pacto, pero hasta él sabe que lo único que en realidad hemos conseguido es ganar un poco de tiempo. El tiempo de Hamás para volver a matar, el tiempo de Israel para vivir en paz, el tiempo de los Nobel para buscar a otro perdedor con el que poderse aliviar.