TRIBUNA ABIERTA
Churchill en su aniversario
Fue leal a las enseñanzas recibidas directa o indirectamente de los líderes políticos de su tiempo
Salvador Rus Rufino
Winston Spencer Churchill es un icono intemporal y una referencia universal de la política. Su vida es conocida hasta el detalle. Su rostro, sus palabras, su forma de afrontar y actuar ante los problemas, su ironía, han quedado grabadas en la memoria de la humanidad. ... Sus frases se remiten una y otra vez como síntesis de un pensamiento o ejemplo de una actitud ante la vida. Winston Churchill se hizo famoso por su oposición frente a los totalitarismos, pero es inmortal por sus palabras y sus escritos en los que revela una constante defensa de las libertades fundamentales de los ciudadanos y de la democracia frente a cualquier amenaza de autocracia.
El siglo XX se puede considerar como uno de los períodos históricos más convulsos, complicados y difíciles de comprender. Winston Churchill durante las seis primeras décadas del siglo vivió y comprendió un tiempo político y social cambiante, fueron años marcados por dos guerras que destrozaron los sueños y los proyectos vitales de varias generaciones. Fue un político de raza, un luchador incansable por sus ideas y su visión del mundo y del ser humano. Él marcó una época, una forma de comunicación política, una manera de afrontar los problemas y resolverlos, en definitiva, un estilo personal e irrepetible de estar y hacer política. Fue excesivo en todo. Valiente hasta el extremo. Expresó con brillantez y claridad lo que pensaba, nunca rehuyó una confrontación. Aceptaba cada derrota como una oportunidad para seguir aprendiendo y una experiencia de la que extraer lecciones vitales útiles. Supo vivir en y ante el abismo sin sufrir vértigo ni ceder a la tentación de despeñarse por él. Fue un líder al que se confió un pueblo que veía en él el rostro de la determinación, del compromiso con una causa y de la victoria. Sus derrotas las vivía en solitario y sus victorias las compartía porque eran fruto de una acertada colaboración su equipo, unido y comprometido con su liderazgo y con un proyecto político nacional e internacional. En su vida política actuó sin disimulo y sin doblez, puso en juego sus ideas y sus ideales para tomar las decisiones que creía mejores y más conveniente para Gran Bretaña y para los británicos en cada momento. No siempre acertó, pero aprendió del error y rectificó cuando tuvo la oportunidad. Fue leal a las enseñanzas recibidas directa o indirectamente de los líderes políticos de su tiempo. Afrontó cada situación crítica con entereza y con decisión. Por eso se recuerda como uno de los políticos más importantes y capaces que han existido no sólo en el siglo XX.
es Catedrático de la Universidad
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