Editorial
El rumbo errático de Sumar
La formación liderada por Yolanda Díaz se ha visto obligada a realizar cuatro rectificaciones en apenas quince días, lo que evidencia una falta de proyecto y una inestabilidad de programa
En apenas quince días, la formación liderada por Yolanda Díaz se ha visto obligada a matizar o corregir varias decisiones clave para la concepción del programa electoral y del rumbo ideológico de la plataforma. El caso más flagrante es el que atañe a la creación ... de un código deontológico que permita expulsar de la «profesión periodística» a aquellas personas que lo incumplieran. La propuesta, evidentemente, se antojaba demasiado semejante a las prácticas antidemocráticas que existen en otros contextos políticos que han servido de inspiración para varios políticos integrados en Sumar. La lógica reacción casi unánime en una democracia consolidada como España forzó que este jueves, alrededor de las once de la noche, se intentara revertir parcialmente el anuncio señalando que se trataba de un error y que la propuesta de «sancionar» y «expulsar» a periodistas de la carrera profesional nunca debería haber figurado en el programa definitivo. Nunca sabremos si el intento de justificación fue veraz o si fue un simple mecanismo de urgencia para apaciguar la crisis. Pero, sea una explicación cierta o una excusa, caben pocas dudas de que, al menos en grado de tentativa, desde Sumar se ha valorado la posibilidad de generar un protocolo que sancione y determine qué puede decirse o qué no desde los medios de comunicación. En ambos casos se trata de un hecho de extraordinaria gravedad.
Esta rectificación no es la única que se han visto obligados a realizar los de Yolanda Díaz. Desde que se anunció la propuesta de una renta universal de 20.000 euros para cualquier joven español, los responsables de comunicación del partido y la propia vicepresidenta segunda se mostraron incapaces de apaciguar la controversia que generó la medida, incluso en los círculos de izquierda. La posibilidad de que se conceda una ayuda tan importante a cualquier ciudadano sin distinción de renta parece, naturalmente, algo contraintuitivo. Sin embargo, desde Sumar no encontraron la manera de explicar con claridad la conveniencia de la universalidad de la medida y lo que estaba concebido para destacarse como una propuesta estrella acabó convirtiéndose en un foco de problemas prácticamente desde su anuncio.
Otra de las cuestiones que ha requerido algunas explicaciones urgidas ha sido el posicionamiento de la plataforma con respecto a la cuestión del Sahara que, recordemos, ha sido otra de las cuestiones conflictivas en el seno del Gobierno de coalición. La lista de Sumar por Madrid lleva como número tres a Tesh Sidi, una activista saharaui nacida en los campamentos de refugiados de Tinduf. Sin embargo, el número dos de esa misma papeleta, Agustín Santos Maraver, se vio envuelto en una sonora polémica en 2009 cuando ofreció a Aminetu Haidar, uno de los rostros más conocidos de la causa del Sahara, la nacionalidad española a cambio de abandonar la huelga de hambre con la que exigía regresar a su casa de El Aaiún. A esta colección de polémicas, debemos añadirle la crisis derivada de las palabras de Aina Vidal, candidata de Sumar por Barcelona, que adelantó que en el programa de la plataforma se incluiría el referéndum de independencia. La controversia desatada obligó a la todavía ministra de Trabajo a desmentir la medida, contradiciéndose con lo que ella misma había defendido en el año 2017 desde la tribuna del Congreso. Este conjunto de modificaciones y enmiendas parecen demostrar que la hoja de ruta de Sumar es demasiado errática cuando intenta concretarse en políticas públicas específicas o en posiciones ideológicas que aspiren a una mínima coherencia.
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