Vivimos como suizos
Zapatillas
España padece de los pies; llevar zapatos se ha convertido en una excentricidad
Mentir, mentir y mentir
Segundo mundo
A veces me pongo zapatos solo por llevar zapatos. A veces miro a la gente por la calle y son pocos los que llevan zapatos. El domingo era Rafa Nadal el único que llevaba zapatos en su homenaje en la Philippe Chatrier de Roland ... Garros. Me refiero al único entre Federer, Djokovic y Murray. Felipe González padece de los pies. Al menos la semana pasada cuando fue a 'El hormiguero'. «Llevas bambas», le dijo Pablo Motos al llegar. Eran unas On de las de Federer. Explicó que tenía fascitis plantar, haciendo la broma con la palabra fascitis (por fascista). Dijo que padecía de los pies, por utilizar la expresión que utilizaría mi abuela o Mercedes Fórmica. Lo contaba en sus memorias sobre el marqués de Huétor, jefe de la Casa Civil de Franco cuando fue al Pardo acompañando a la viuda del capitán Haya: «Nos recibió vestido correctamente de uniforme calzado de unas zapatillas negras perfectamente camufladas». Salvo por la gracia de la fascitis, Felipe no tendría que dar explicaciones. Como no las dio Carlos Cuerpo en su toma de posesión como ministro. Como no las dio Óscar Puente en su aparición inopinada para dar mandobles a Feijóo en la fallida investidura. Ríete del manotón de Brigitte Macron a su marido al llegar a Vietnam.
He visto el documental 'El mundo según Glenn Close' (tira de su primera película basada en la novela de John Irving, 'El mundo según Garp'). El documental se articula con una entrevista suya y el vestuario que ha llevado en su carrera. Los zapatos tienen mucha importancia. Zapatos que la han hecho sufrir. Los de tacón de Cruella (unos Blahnik con tacones de clavos) y los de hombre, pesados y tres números más que el suyo, de 'Albert Nobbs'. Me ha parecido una señora tontísima y vulgar. Mucho mejor Melody hablando como una folclórica de los 70. Claro, que tener al lado a María Eizaguirre te hace parecer María Zambrano.
Con Glenn Close voy a separar a la mujer de la obra. Sigo pensando en la injusticia de que no tenga un Oscar. Sobre todo, por esa nominación en la que Jodie Foster se lo llevó por 'Acusados' cuando ella tenía en competición a la formidable marquesa de Merteuil en 'Las amistades peligrosas' de Stephen Frears. Ahí también sufrió por la ropa. Por ese corsé que le hacía heridas. Estaba recién parida, así que las tetorras con aspecto de nutricias eran de verdad. No era solo que estuvieran apretadas. Melody llevaba ayer taconazos en esa rueda de prensa que fue un programa coñazo. Solo queríamos escucharla a ella. No sé cuántas veces dijo Eizaguirre, directora de comunicación de RTVE, «poner en valor».
Melody llevaba taconazos de rayas, como la camiseta de Alcaraz en Roland Garros. No sé si le apretarían. A veces me pongo en los zapatos de otros. El presidente y el director de RTVE llevaban zapatillas. España es un país en zapatillas. Será que padecemos de los pies.
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