Hechos radiactivos

Tuvo gracia el presidente el día del apagón cuando compareció y nos advirtió sobre los bulos. Ya que lo único que escuchábamos era la radio, se referiría a bulos que pudiéramos escuchar en la calle. No sé, por si dábamos en una terraza con una malvada persona en situación de discapacidad de origen visual a la que le hubiera dado por recitar romances de ciego. Y nos colara las patrañas.

El miércoles soltó en el Congreso lo de «Mucho hablan de las centrales nucleares y poco hablan de que en España no hay uranio». Eso es como cuando dijo que con Bildu no iban a pactar («si quiere se lo digo cinco veces o veinte durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar»). Según los que saben, en España hay reservas de uranio como para mantener la nuclear 20 años. Y la mayor parte en la provincia de Salamanca. Pero el Gobierno de Sánchez con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética impide la concesión de nuevas licencias para la exploración y extracción de minerales radiactivos como el uranio. Antes, la ministra Aagesen también había asegurado que no teníamos uranio. «Pero sí tenemos sol y sí tenemos viento». No tenemos uranio, niño, solo Masibón.

Hannah Arendt escribió un texto sobre la mentira en política a propósito de los Documentos del Pentágono. Y cómo un gobierno puede desentenderse de rendir cuentas de la realidad y los hechos. Cómo puede reducir el vínculo con la ciudadanía a manipulación y propaganda. En 'La mentira en política' (Alianza), Arendt pretendía de manera ingenua que se abandonara la teatralización de la política y se volviera a los hechos. Los hechos son radiactivos. A punto está de impedirse la concesión de nuevas licencias para su exploración y extracción.