La pangolina

La escocesa Stock es una de las apestadas modernas. Y eso que la académica está convencida de que hay episodios reales de violencia tránsfoba que deben ser combatidos y que la comunidad trans debe ver reforzado su derecho a una igualdad real. Pero a la vez ha denunciado que las teorías de autodeterminación de género han sido asumidas por la mayoría de las instituciones públicas. Autora de 'Material Girls. Why Reality Matters for Feminism', sostiene que «el feminismo tiene como sujeto exclusivo a las mujeres y a las niñas».

Acaba de salir 'La cultura de la cancelación en Estados Unidos' (Alianza), de Costanza Rizzacasa d'Orsogna. Ya saben, lo que ocurre en EE.UU. acaba llegando al resto de Occidente. La autora reconstruye la génesis y razones de este terremoto cultural (y botarate). En alguna entrevista, Stock ha contado dos casos de cochambre mental en Canadá. Jessica Yaniv, mujer trans, demandó a varias esteticistas por negarse a depilar sus pelotones (perdió). Al Vancouver Rape Relief, el centro de atención a mujeres violadas más antiguo de Canadá, se le retiraron los fondos públicos porque se negó a aceptar mujeres trans como parte de su personal. La sociedad LGTBQ+ de Oxford está horrorizada con que hayan llamado a Kathleen Stock para ejercer la libertad de pensamiento y expresión. ¿Me extraña? Nada. Otra de las invitadas en The Oxford Union es Stormy Daniels. Estrellas del porno sí, claro.