Momentico Leire

Agarrándose a ese clavo, las defensas de madre e hija lo acusaron de falso testimonio. El fiscal indicó que era normal que alguien no se reconociera en la grabación. Yo me escucho y no es que no me reconozca, es que me pregunto quién será esa persona con una voz tan horrorosa. Y vuelvo a dar la razón a Eduardo Sancho en el documental 'Las caras de la noticia'. Sancho, que había presentado los primeros telediarios en 1957, decía: «Ahora entra cualquiera. A mí me produce disgusto auténtico, como espectador y como profesional, escuchar las voces en general. Algunas deberían estar excluidas de la profesión».

Lo de la voz, aunque sea objetivo, también es una percepción. Como la de la propia imagen. Me veo en el espejo del ascensor de manera distinta (mejor) que en fotos o en la tele. Me pasa con los kilos y la edad como a Leire con su voz. No me reconozco. La edad es irreversible, la gordura, no. Según los estudios, los nuevos medicamentos adelgazantes convencen al cerebro de que comer no es un placer. Seguiré gorda, no quiero renunciar a ese placer. Tanto los kilos como los años producen la perplejidad de preguntarte cómo has llegado aquí. Me siendo como Dolly Parton cuando una señora de un programa de televisión le preguntó cuánto tardaba en hacerse su famoso cardado capilar. «No sé, nunca estoy presente». Una cosa es llevar peluca y otra, negar que tú no eres tú.