Mentir, mentir y mentir

Pilar Alegría dijo en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que presentar los presupuestos sin apoyos sería «una pérdida de tiempo». Imaginen lo que pensará de que la hayan citado en la comisión Koldo. Aunque yo también estaría de acuerdo en que las comisiones parlamentarias son una pérdida de tiempo. Alegría no ha inventado la portavocía mamporrera, pero se le da muy bien. Sobre todo, cuando se trata de criticar al PP o a sus dirigentes. Ayer citó el «ganar, ganar y ganar» de Aragonés para afirmar que lo del PP es «mentir, mentir y mentir». Cuando se estrenó como portavoz contó lo que Sánchez le pidió. Que hablara con cercanía de los verdaderos problemas de la gente. Y que agudizara «la empatía en un proceso de escucha activa». Sea lo que sea. Pero también que empleara «contundencia a la hora de denunciar las mentiras y los insultos de la oposición». Y eso ha hecho desde el principio: «El PP es el partido de la catástrofe. O la provoca o la desea».

Luego te pones en su lugar (la empatía de las narices) y recuerdas cuando Ábalos dijo: «Soy feminista porque soy socialista». Tócate la pandereta. Y cuando Alegría se quejó de que la llamaran puta, zorra o la instaran a ponerse a cuatro patas. Cuánta gentuza. Pero también tiene gentucilla cerca. Pienso en ella, con Teruel o sin Teruel, y en las compañeras de partido de Errejón o Monedero. Lo que habría salido de la boca de esas señoras si no hubieran estado manteniendo las formas en una sociedad donde mandan los tíos. Es como para «prescindir el contrato», que diría Alegría. No con Israel, con las mujeres por tolerar a esos hombres. Que me borren de las mujeres.