vivimos como suizos
La lotería
La actividad furibunda de Trump es una economía 'pop-up', como esas tiendas que aparecen y desaparecen
Cateto a babor
La utilidad de lo inútil
Estamos en un «que vienen los chinos» nada parecido al «que vienen los rusos». Con su película, con su Putin, con sus oligarcas (palabra que se suele usar solo con los ricachones rusos, como pertinaz con sequía o con lluvia). Y con su Ucrania. Tenemos ... los dos 'quevienen', vale, pero con los chinos es más evidente la decadencia de Occidente que ya previó Spengler. Y claro que cito con la ligereza de Trump o de Peter Navarro (bueno, el ideólogo de los aranceles a China se inventa en su libro a Ron Vara, un anagrama defectuoso de Navarro). Trump ha usado al español Pau S. Pujolas, que firmó un artículo con Jack Rossebach sobre cómo ganar una guerra comercial. Se utilizó como referencia bibliográfica para justificar el trucho cálculo de aranceles de las tablas de la ley. Pau S. Pujolas anda horrorizado porque lo que está haciendo el Gobierno de Trump nada tiene que ver con lo que él escribió, pero lo cierto es que esto, hoy o ayer, ya es demasiado viejo. La actividad furibunda de Trump es una especie de economía 'pop-up', como esas tiendas que aparecen y desaparecen. Lo que hoy es noticia, mañana es un local vacío. O huele a rancio.
En 'Cómo el mundo creó Occidente. 4.000 años de Historia' (Crítica), Josephine Quinn niega que Grecia y Roma fueran la cuna de la cultura occidental. Tampoco veo yo que con eso monte mucho pollo. Quinn, profesora de Historia Antigua en Oxford y coordinadora de las excavaciones de Utina, en Túnez, es una especie de Mary Beard más joven pero igual de despeluchada. Me gusta cuando dice que mucho de lo que ahora en Occidente se considera heredado de Grecia y Roma viene de otro sitio. Que lo que los atenienses llamaban democracia se basaba en el principio de la lotería. Que eso se ve en Asiria 1.500 años antes de que aparezca en Grecia. Según ese principio de la lotería, cualquiera podía ser elegido para un cargo político. Mira Trump.
Lo de Donald Trump es como el estupendo cuento 'La lotería' de Shirley Jackson. Pero al revés. No es él quien recibe las pedradas, él las lanza al resto del mundo, que somos los que hemos ganado la lotería.
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