VIVIMOS COMO SUIZOS
Francia
En el país vecino nos llevan tanta ventaja que hasta la extrema derecha es más razonable que la nuestra
Eres tú
Koldo y sus hermanos
Al Vaticano le parece mal el aborto. Ni el Papa por cuya muerte rezan algunos curas llega a lo contrario. Lo de Francia en su Constitución es libertad garantizada, no derecho. Pero es importante y hasta lógico en un país que aprobó la ley ... del aborto en 1974, cuando aquí estábamos a por uvas (literalmente, a por uvas en Francia como emigrantes). En 1974 Francia tenía una derecha reformista y moderna con Giscard en la presidencia y Chirac como primer ministro. Giscard nombró a Simone Veil ministra de Salud para que sacara la ley adelante. Ayer decía el jovenzuelo Attal: «El hombre que soy nunca experimentará la angustia que experimentaron estas mujeres privadas de la libertad de controlar sus cuerpos durante décadas. El hombre que soy nunca conocerá el sufrimiento físico de aquellos tiempos, cuando el aborto era sinónimo de secretismo vergonzoso, dolor indescriptible y riesgos fatales». Veil insistió en desarrollar la ley como un problema de salud, no de feminismo y derechos de la mujer. Costó 284 votos contra 189 y que a Veil le pintaran esvásticas en su casa.
Simone Veil contó en sus memorias que Chirac sostenía que había problemas más importantes. «Las mujeres siempre se las arreglaron y seguirán haciéndolo», decía el primer ministro. Pero era muy fiel a Giscard. Michel Poniatowski, que había sido ministro de Salud con Pompidou, era la persona más cercana a Giscard. Y como sabía de la gravedad del aborto clandestino, lo transmitió a Giscard, que solía decir a su entorno: «No podemos tolerar que haya autobuses y trenes que vayan al extranjero sólo para que las mujeres puedan abortar». Había publicidad de esos viajes en las farmacias.
En el documental francés 'Regreso a Reims' cuentan cómo la clase obrera pasó de votar a partidos de izquierda a votar a Le Pen. Se escucha este diálogo entre madre e hija: «Mamá, si están en contra del aborto». «Pero yo no les voto por eso». Olvidada esta pega. El partido de Le Pen ha votado a favor del aborto en la Constitución. Ay, madre, que hasta la extrema derecha francesa es moderna y razonable.
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