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Vivimos como suizos

Una ficción

¿Estáis tontos leyendo la Constitución y, a la vez, jugando con el trabajo de gente honrada?

Código rojo

Un militar

Rosa Belmonte

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Dice el productor Ramón Campos que 'La Promesa' ha conseguido ser para todos. Una telenovela que se eleva sobre la polarización. Se lo ha contado a Esther Mucientes. Escribe ella que 'La Promesa' fue el salvavidas de RTVE y que hoy, con 'La Revuelta', ... lo sigue siendo. Me alegro de que 'La Promesa' (La 1) y 'Sueños de Libertad' (Antena 3), series diarias, no coincidan en su horario porque, si no, lo mismo el activismo por la democracia y contra el fascismo estaría cantándonos las excelencias de la marquesa de Luján, de doña Petra y hasta del capitán de la Mata (¿qué criterio tendrá para ponerse o no el uniforme en casa?). Todos frente a Digna, una maravillosa Ana Fernández que se ha convertido en Katey Sagal de 'Hijos de la anarquía'. O las Mafin. Aunque a los biempensantes únicos les costaría más porque Marta Belmonte y Alba Brunet son, por el guión y por sus talentos, la mejor pareja de mujeres que ha dado la televisión en años (quizá desde que Aitana Sánchez Gijón se enamoró de Ana Marzoa en 'Segunda enseñanza'). Y eso tiene más puntos que cualquier trama de 'La Promesa'. Pero las telenovelas ayudan a convivir. Más si son de época. Y que algo en España ayude a convivir ha dejado de ser normal.

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