vivimos como suizos
Desvelar el final
No es lo mismo romper las duchas de una playa que las tumbas en un cementerio
Ahorcacristos
Venir del pasado
Había una pieza en 'Homo Zapping' donde Paco Léon haciendo de Raquel Revuelta hablaba de 'La pasión de Cristo', de Mel Gibson. Decía que normalmente llevaba a Jesucristo colgado del cuello pero que se lo había quitado porque no quería adelantar el final de ... la película. Recordaba ayer Pablo Ordaz que en 1977 Hernández Gil retiró de su despacho como presidente de la Cortes el crucifijo. «Con el fin de observar el mismo respeto para todas las posiciones, he considerado necesario evitar el símbolo religioso de una creencia que la propia Iglesia católica tiende a privar de proyección política concreta», declaró Hernández Gil a la Agencia Cifra. Hoy lo pondrían verde por derechita cobarde, por educadito cobarde.
Estos días hemos visto cómo muchos cementerios españoles han sido objeto de robos de los crucifijos en las tumbas para fundirlos. Especímenes asilvestrados. Ladrones sin escrúpulos ni religiosos ni mínimamente sociales en un país como España. Esa España del principio de 'Volver', de Almodóvar, donde suena 'La rosa del azafrán' mientras las mujeres limpian las tumbas de su pueblo. Casi a la vez hemos visto las imágenes de unos jóvenes vándalos la noche de San Juan en el cementerio parroquial de Pantín, en Valdoviño. Destrozan puertas de cristal de varios panteones o nichos a patadas. Unos ríen, otros graban. Porque esto, claro, hay que enseñarlo en las redes sociales. Unos 50 nichos, entre lápidas, puertas de cajas, floreros o capillas se han visto afectados. A los dos minutos del vandalismo se oye a uno: «Para, que mi abuela viene por aquí todos los días». Pero siguen. Y se oye «Dale». O «a tomar por culo». O «muertos de mierda, no sabéis vivir», mientras dan otra patada. El alcalde dice que «no es lo mismo que romper las duchas de la playa». Y el cura, que algo habrían tomado porque no es normal. Hernández Gil diría a esos muchachotes el «no me puedo creer que seamos de la misma especie» de C.J. Cregg (Allison Janney) a Annabeth Schott (Kristin Chenoweth) en 'El ala oeste'. Quizá lo que se adelanta aquí es el final de la civilización.