VIVIMOS COMO SUIZOS
Contagio social
Estará feo agarrarse el paquete en el campo, pero el fútbol no es un deporte de caballeros
Generaciones perdidas (11/9/2023)
María (7/9/2023)
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Iniciar sesiónEl fútbol no es un deporte de caballeros. No digamos de damas. Que a Víctor Mollejo, del Zaragoza, quieran castigarlo (no lo hizo el árbitro en el campo) por cogerse el paquete a la Rubiales no se entiende más allá de la atmósfera absurda ... en la que estamos. Está de moda escandalizarse por algo así. Como estuvieron de moda los 'pollofres' y los 'coñofres', gofres en forma de genitales de ambos sexos (esto seguro que ya no se puede decir) que se vendían en locales con colas interminables que ahora están cerrados.
Y no hace falta poner nombre a las cosas. No sé la teoría de la espiral de silencio de la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann formulada en 1977. Una forma de control social de la opinión pública. Se adaptan los comportamientos a las opiniones dominantes y los que tienen opiniones contrarias prefieren quedarse callados. Con la nueva tecnología está más claro que hay temas sobre los que no se admite debate. Te sepultan.
La escritora Lionel Shriver, promocionando su última novela, dice que internet se ha convertido en una máquina de conformidad. «Me han horrorizado las manías sociales que se han extendido por todo el mundo… De repente, todos están consumidos por el transgenerismo. De repente, todos están atrapados en el acoso sexual… Todas esas cosas me dejan fría. No tengo el gen del contagio social. Soy inmune». Muchos lo somos. Cuando Rubiales habla de la gente de la calle tiene parte de razón. Hay mucha gente que puede no estar de acuerdo con todo lo que hay contra Rubiales. Eso no quiere decir que se acepte su gañanismo, actitud y tejemanejes federativos. Pero que no venga la FIFA a dar lecciones, que dio un mundial ese país. La foto de Víctor Mollejo en el momento puesto en solfa es espeluznante. Pero a mí más que a la mano agarrándose el paquete se me va la vista a la cabeza. A la cara. A esa boca. Pero no tengo claro si ser muy feo y parecerlo todavía más esté ya penado.
A ver si ahora, con tanto tiquismiquismo, un partido de fútbol no se va a poder distinguir de la entrega de credenciales de los embajadores al Rey.
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