VIVIMOS COMO SUIZOS
Casa de baños
El regodeo en la ignorancia de las matemáticas resulta más vergonzoso que escribir tu nombre con faltas de ortografía
Francisco y Mickey
Pruebas de vida
De los libros recientes, el de mejor título es 'Caballeros, esto no es una casa de baños'. Uno de esos que te compras solo por el título al verlo en la mesa de novedades. Luego ya lo que salga. Este sale bueno. Lo publicó Acantilado, ... es de Georg von Wallwitz y el subtítulo es 'Cómo un matemático cambió el siglo XX'. El matemático es David Hilbert y la frase de los baños lo que dijo para defender a Emmy Noether, madre del álgebra abstracta y formuladora del teorema más hermoso de la física matemática. A Noether sus compañeros en la facultad no la tomaban en serio como profesora por ser una mujer. «Caballeros, la universidad no es una casa de baños, así que no veo por qué una mujer no puede acceder a ella». Cuenta Wallwitz que en el siglo XVIII los matemáticos frecuentaban los salones de París, Londres o Berlín. Que a nadie se le habría pasado por la cabeza que un hombre educado pudiera desentenderse de los avances en matemáticas. Pero alrededor de 1800 cambió todo. «Los diletantes de las matemáticas fueron extinguiéndose poco a poco. Hoy en día ni siquiera se considera parte de la cultura general». Cualquiera puede decir que no tiene ni idea de matemáticas sin que su prestigio se vea afectado. El que lo tenga. Hoy ese regodeo en la ignorancia resulta ridículo teniendo en cuenta que la inteligencia artificial, el big data o la criptografía se basan en modernos métodos matemáticos. Y como contaba Berta G. de Vega en su columna de ayer, en España andamos fatal de matemáticas. La muerte y el entierro de Hilbert fueron desafortunados. El 14 de febrero de 1943 Europa tenía otras preocupaciones. Es como morirte a la vez que un papa, bueno o malo. ¿Quién te va a hacer caso? Un profesor de Gotinga muerto a los 81 años no era para tanto. Aunque fuera el matemático más prestigioso de la primera mitad del siglo XX. El que abrió el camino a Einstein, Heisenberg o Turing. Decía Bertrand Russell que las matemáticas podían definirse como la materia en la que nunca sabemos de qué estamos hablando ni si lo que decimos es cierto. Demonios, eso es ser tertuliano.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete