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vivimos como suizos

La borla

Si no me cuentan cosas nuevas de Concha Piquer no me divierto. Y van y me las cuentan

Rosa Belmonte

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Empieza la novela de Manuel Vicent sobre Concha Piquer en las vísperas de la Navidad de 1924 en Nueva York. Una chica en busca de una farmacia. En el bolsillo del abrigo, «una receta firmada por un médico y pagada a precio de oro» para ... comprar vino. Ay, 'Suspiros de España'. Ay, suspiro por el cliché. Me gusta tanto el libro de Vicent sobre Jesús Aguirre ('Aguirre, el magnífico') que algo que no sea deslumbramiento página tras página me sabe a poco. Dice Vicent que en este tipo de libros (también en el de Carmen Díez de Rivera), el personaje pone la carne y él hace el caldo. El problema con Concha Piquer es que todo Concha Piquer es un lugar común. Qué nos pueden contar que no sepamos. Que no haya escrito Martín de la Plaza en su biografía no autorizada, que no haya contado o escrito Concha Márquez Piquer en 'Concha Piquer: Así era mi madre'.

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