Arma y padrino
La moda de abroncar al ciudadano
Si este Gobierno ha dejado algo claro es que ninguno de sus cargos va a asumir responsabilidades por absolutamente nada de lo que ocurra
Cinco imputaciones, cinco
Los abajo firmantes que nos merecemos
Me he acordado de Nuria Montes, la exconsejera de Innovación, Industria, Turismo y Comercio de Valencia que fue cesada tras abroncar a los familiares de las víctimas de la última gota fría en Valencia. No sé si ustedes recordarán aquellas polémicas imágenes en las ... que afirmaba ante las cámaras, con la misma empatía y sensibilidad de un ficus, que allí ('allí' eran las instalaciones de Feria Valencia, donde la UME custodiaba los cuerpos de las víctimas mortales) no se iba a permitir el acceso a los allegados de las víctimas, ni se iban a entregar cuerpos a las familias y que, si eso, que todos a sus casas (o a lo que quedara de ellas), que es donde tenían que estar y no allí molestando a los que trabajan. Aunque se apresuró a grabar un vídeo, mohína y afectada esta vez, disculpándose por la forma de expresarse, fue destituída. Y con razón. Me he acordado de ella tras la bronca de Virginia Barcones, la directora general de Protección Civil y Emergencias, a los presidentes autonómicos del PP, afeándoles no anticiparse a los incendios (provocados en su gran mayoría) y haber pedido medios antes de necesitarlos (que un buldócer no se mueve en diez minutos, leñe). El tono era, más que falto de empatía y sensibilidad, chulesco y desafiante. Rayano en lo tabernario. Muy Óscar Puente 'style'. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Barcones, cuya capacitación en emergencias y protección civil no es más que la de la sumisión servil a unas siglas, se apuntaba de paso el tanto, desacomplejadamente, de todo lo bueno ya hecho mientras descargaba en los otros todo lo malo no hecho, hecho y por hacer. Vamos, que el subtexto era que los municipios afectados tenían lo que se merecían por haber votado mal y a que ella no le vinieran ahora con rollos. Todo muy conciliador, muy proactivo, muy por el bien común, muy pensando en los daños y los damnificados antes de nada. Y aquí difieren las historias: mientras Montes, tras el descontento por sus declaraciones, asumía la equivocación y se disculpaba (y era destituida), Barcones se venía arriba y dedicaba otra bronca a los pielfina que esperaban de alguien con su cargo otra actitud, una quizá más apaciguadora, más compasiva, más solidaria. Además de acusarles de emprender una cacería contra ella les conminava a «abandonar toda esperanza» y se atribuía la defensa de la gestión del Gobierno y del Sistema de Protección Civil, asimilando así que los ataques a su gestión, o a la gestión del PSOE, son ataques contra las instituciones. Muy Álvaro García Ortiz 'style'. Por supuesto, nadie la va a destituir, ahí si podemos ir abandonando toda esperanza. Porque si este Gobierno ha dejado algo claro es que ninguno de sus cargos va a asumir responsabilidades por absolutamente nada de lo que ocurra. Es más, si a la ciudadanía se le ocurre exigir algo así o expresar su descontento, de la manera que sea, lo máximo a lo que pueden aspirar es a otra bronca desde el poder. Por pensar y opinar mal. Muy Pedro Sánchez 'style'.