Arma y padrino
Marcó el negro
A ninguno le he leído nada sobre su buen hacer y mejor jugar. Ni siquiera aquello tan manido de que es buena gente y muy amigo de sus amigos
Informemos, pero poco
Volver a Perpiñán
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMe pasa siempre: leo a prescriptores de opinión del espacio a la izquierda de la izquierda celebrando que Los Fachas chinchen y rabien por algo y no los encuentro. Encuentro a muchos diciendo «que se jodan» y «eso les escuece», pero no encuentro a nadie ... diciendo «cómo me jode» ni «cuánto escuece». Pasa con los besos entre personas del mismo sexo y pasa con los goles de los que ellos llaman «personas racializadas». Yo de futbol, no quiero engañarles, me entero poco. Básicamente porque no me interesa. Yo me enteré de que jugaba España contra Francia en semifinales al primer grito de un vecino, pero ahora sé que marcó un negro. Y no porque yo diferencie a los jugadores por el color de su piel en lugar de por el de su camiseta (ya les digo que, de futbol, ni papa), sino porque es lo que destacan en redes de él toda la progresía. A ninguno le he leído nada sobre su buen hacer y mejor jugar. Ni siquiera aquello tan manido de que es buena gente y muy amigo de sus amigos. Que es negro, o hijo de inmigrantes. A los otros, a los fachas, les he leído oles y bravos y vivaspaña. Será que no he buscado bien, porque dicen los buenos que andan tarascas y palabrones porque les han dado donde más dolía.
Apostaría un brazo, me da igual cual, a que ellos tampoco han leído a nadie gritando «mierda, ha marcado el negro» o «yo no celebro goles de personas racializadas». Uno o dos, a lo sumo (como los casos de contagio o los hilillos de plastelina), que gilipollas hay por todos lados. Pero dudo mucho que esos casos aislados de zotes con 'wifi' sean representativos de toda una sociedad o de medio país. Así que me atrevo a aventurar que lo que ocurre es que es más fácil crearse un enemigo a la medida o achacarle al otro, aunque no sea cierto, aquellas actitudes ante las que está uno predispuesto a reaccionar con ira. Porque celebrar el gol sin más, sin instrumentalizar ni ideologizar, como que no renta hoy en día. Y si lo único que uno tiene es su capital moral, no queda otra que andar constantemente al lío no vaya a ser que deje de cotizar al alza.
Imagine por un momento que Los Otros no tuviesen motivos espurios para opinar diferente. Que lo hiciesen, como usted, convencidos de que esa es la mejor de las opciones y que ninguna de esas actitudes despreciables que les achaca, por mera convicción y sin evidencias reales, no se correspondiesen con la realidad. O que, de hacerlo, pudiese usted hablar con él y convencerle de su equivocación. Imagine que se alegran tanto como usted por un gol del jugador de la selección nacional independientemente del color de su piel (ese en el que solo usted insiste todo el tiempo). Eso, por un momento, estaría hermanándoles. A usted y al otro, por un instante. Y a Irene Montero con Abascal y a Ignacio Escolar con Vito Quiles. Y a Yolanda Díaz con cualquier ser humano con un CI por encima de 79.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete