Perdigones de plata
Veneno
Malvenden su alma y desprenden aire heroico. Estas muestras de felicidad contrastan con la tristeza que nos embarga
Queridos horarios nuestros
El arte de la venta
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Iniciar sesiónLa alegría de los indepes, sus risas, sus aspavientos, sus manos en éxtasis de palmadas como si celebrasen una canasta de tres puntos definitivos para un campeonato, indica la catástrofe democrática que padecemos con lo de la amnistía. El alborozo de pura barahúnda verbenera ... proyectado por la tropilla indepe no me extraña. Lo que me asombra es la satisfacción de los socialistas. Qué contentos, los tíos. Pierden la dignidad, se ciscan en nuestro sistema y, encima, lucen faz como de salir de una mariscada apoteósica bien regada de oportunos caldos. Malvenden su alma y desprenden aire heroico. Estas muestras de felicidad contrastan con la tristeza que nos embarga al resto.
Supongo que muchos de ustedes conocen el caso del 'bluesman' Robert Johnson. Cuenta la leyenda que, en un cruce de caminos, se le apareció el diablo. A cambio de su alma le concedía un talento colosal, y Robert aceptó. Entiendo que todos, o casi, tenemos un precio, pero hombre, puestos a venderte mejor jugar al alza. La sensación es que los de Sánchez se han dejado pisotear no por un puñado de dólares, sino por un ramillete de 'calçots' con salsa romesco tirando a caducada. ¿En serio les merece la pena el desprestigio? Si España fuese normal, o medio normal, en un futuro cercano el Partido Socialista español donde no hay ni un obrero correría la suerte del francés, del italiano o del griego, o sea desaparecer, mutar en presencia fantasmagórica de nefasto recuerdo. Comprendo la ambición desmesurada de un farandulero trotamundos del melancólico 'blues como Robert Johnson y quiero creer, pues uno le profesa enorme fe a las leyendas, que en efecto Lucifer se guardó su alma. Robert tenía un motivo firme: convertirse en el rey del ''blues', y lo consiguió. Pero de los políticos que dirigen el destino de un país esperamos más. El guitarrista, como sucede tras los cambalaches infernales, murió joven. Se cuenta que el marido de una amante lo envenenó. Veneno es lo que nos han inyectado a buena parte de los ciudadanos tras el estropicio de amnistía.
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