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Perdigones de plata

El sobornito

El bono no es sino mamandurria dispuesta a saciar las fauces juveniles

Voto de silencio

Pelmas en miniatura

Ramón Palomar

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Como las risueñas focas de los circos de antaño, a ellos también se les amaestra desde temprana edad suministrándoles el goloso dinerito que les lubrica el ocio. Videojuegos, libros, entradas para teatro y cine… Todo brota de esa regalía denominada «bono-joven» o algo así. ... Lo peor es que les privan de un placer que nosotros disfrutamos; esto es, currar sirviendo copas a los yupis de moco cocainómamo o ensartando folletos de publicidad en los buzones, para así ahorrar y largarse con la calderilla fruto de nuestro sudor en dirección a la tienda de discos o a la librería del barrio. Escogíamos con mimo la prosa y los vinilos porque conocíamos el valor de un peine. Y nos ilusionaba cualquier hallazgo, ya fuese lo último de los Pixies o un clásico que descubrimos recién inaugurada nuestra mayoría de edad como '1.280 almas' de Jim Thompson.

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