PERDIGONES DE PLATA
Sánchez Panza
Cuando alguien entona ese «en el nombre de…» me traspasan escalofríos que recorren el espinazo
El rebaño (27/10/2023)
El protegido (23/10/2023)
Asaltaron nuestras almas los briosos saltimbanquis del populismo y nos ametrallaron con su cháchara pedantuela «en el nombre del pueblo». Al poco se vinieron arriba y por eso se atribuyeron la voz de «la gente». Ellos eran pueblo, gente, moluscos, minerales, vegetales y lo ... que fuese menester con tal de pillar jugoso cacho saqueando el dolor ajeno. Por su cara bonita. Pero nunca nos explicaron si en el remolino de «gente» o del «pueblo» figura una señora funcionaria de Correos de Ávila, un chaval que estudia para neurocirujano y otro que se dedica a la contemplativa y laxa existencia del 'nini'. Nunca he sabido qué es la gente porque sospecho que, así en general, se trata de una masa ectoplásmica, fantasmagórica, ondulante, multiforme, multiusos, difusa, confusa y, en cualquier caso y en ocasiones, demasiado manipulable.
Mayor despiste me atrapa cuando un líder se atreve a hablar «en el nombre de España». Qué miedo. ¿Habla en el nombre de España entera y de todos los españoles? No sería posible tanto desahogo, o sí, cuando se trata de Sánchez, uno que se ha metamorfoseado en Sánchez Panza porque este asombroso estadista nos ha salido amante del refranero con ese «hacer de la necesidad, virtud». Cuando alguien entona ese «en el nombre de…» me traspasan escalofríos que recorren el espinazo porque sospecho que se dispone a provocar una calamidad con la cual obtendrá atroces beneficios personales. No, mire usted, prefiero que nadie hable en mi nombre y tampoco me siento poéticamente iluminado a lo Rimbaud para hablar en el del prójimo. Cuando alguien susurra ese «en el nombre de…» chequeo el pantalón por si me han robado la cartera y detecto que conviene convertir nuestra morada en un búnker dispuesto a la resistencia. Sánchez habla «en el nombre de España, de su interés», pero la gente, esta vez sí, incluídos sus obedientes conmilitones encadenados al jornal del carguito, sabe que sólo desea chupar poder. La gente, en fin, sea de Lugo o de Córdoba, no es tonta. Eso es lo único en común de la gente.