Suscribete a
ABC Premium

Perdigones de plata

¿Quiere sentarse?

Como vuelvan a ofrecerme un asiento les prometo que me enchufo más Botox que la Kidman

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Salí del restaurante y el calor me arreó un fostio que ni el mejor Perico Fernández. Pero el cochino vicio del tabaco es así de cruel. Tras zampar, necesitas la ración de nicotina para completar el ciclo. Un joven se sentaba sobre un taburete de ... la terraza. «Señor, ¿quiere usted sentarse?». Me emocionó su exquisita educación. «No, no, muchas gracias muchacho», me apresuré en contestar. Y de verdad que agradecí su gesto. En estos tiempos tan ingratos resulta gratificante que un mozo se preocupe por la salud ajena. Pero luego, se conoce que una vez activadas las meninges gracias al tabaco, sentí cierta tristeza al comprobar que ya he alcanzado la fase que bien podríamos denominar como: «Señor, ¿quiere usted sentarse?».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia