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Perdigones de plata

Psicotrópicos

La izquierda se ha tornado de un pureta y de un frailuno con el trasiego de las drogas que asusta

Señores

El estirón

Ramón Palomar

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La contracultura zurda de los tiempos del amor libre jipioso hilvanó su discurso coronando el LSD, o sea el tripi, como emperador de los psicotrópicos. Albert Hofmann, Timothy Leary y buena parte de la generación Beat lo consumieron con avidez para abrir su sesera ... hacia otros ámbitos y para conocerse a sí mismos, algo que a uno siempre le ha causado pavor. ¿Y para qué querré yo conocerme a mí mismo? Qué horror, qué vulgaridad. Podría llevarme un disgusto tremendo. Prefiero sobrevivir entre el despiste movedizo y la confusión nebulosa, que ahí hay margen para el disimulo.

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