Suscribete a
ABC Premium

Perdigones de plata

Entretenimientos puticlubescos

Lo que ignoro es si aquellas fieras militaban en el partido que ustedes imaginan

Feijóo desencadenado

Perder peso

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Por estas fechas desembarcábamos en el pueblo unos cuantos chavalines de la gran ciudad. Los críos de allí nos calaban a la primera. Descubrían al instante que éramos unos pequeños lechuguinos y nada podíamos objetar porque nosotros también conocíamos nuestra petimetre condición al observar ... cómo se movían, cómo hablaban, cómo nos miraban. El contraste resultaba evidente. Por supuesto, y por suerte, ellos nos arrastraban hacia el asilvestramiento. Y así, aprendimos a bañarnos en balsas de riego, acequías, pozas y riachuelos sedientos. Arrojábamos piedras contra el tren (bueno, yo lo fingía porque era bastante cobardón) y luego, cuando las tardes de modorra, violentábamos pisos en construcción para jugar con los ladrillos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia