TIEMPO RECOBRADO
Después de Picasso, sólo queda Dios
Hoy todavía es incorrecto políticamente denunciar el cruel machismo del pintor
Yolanda suma, Iglesias resta (3/4/2023)
46 rue Vaugirard (31/3/2023)
La fotógrafa Dora Maar, durante diez años su amante, fue quien le definió con una frase insuperable: «Después de Picasso, sólo queda Dios». Tras ser abandonada por el pintor, se refugió en una intensa fe católica tras sufrir una depresión.
Picasso dejó una profunda ... huella en las siete u ocho mujeres con las que compartió su vida. Todas le quisieron con locura, pero también fueron maltratadas y traicionadas. Tenía un ego monumental y desmedido, siendo muy consciente de su genio, lo que le llevaba a actitudes tremendamente egoístas. Fue un hombre generoso y, a la vez, mezquino.
Estos días los medios de comunicación están exaltando su figura, coincidiendo con el 50 aniversario de su desaparición. Murió siendo español y sin poder volver a su patria, ya que todavía gobernaba entonces Franco. No hay duda de que fue el mayor artista del siglo XX y un creador que cambió radicalmente la representación en el mundo de la pintura.
Llama la atención que en esta revisión de su inmenso legado exista todavía un tabú que muy pocos se atreven a abordar: los malos tratos a las mujeres. Ello está vinculado a que Picasso fue durante cuatro décadas un icono del republicanismo y del bando derrotado en la Guerra Civil. Si hubiese sido de derechas, el feminismo se hubiera cebado con él. Hoy todavía es incorrecto políticamente denunciar su cruel machismo porque en nuestro imaginario es impensable reprochar algo así al autor del 'Guernica'
Pero fue Picasso quien, según cuenta su biógrafo John Richardson, no dudo en enviar a un abogado para comunicar a Olga que rompía su matrimonio, quien retrató a sus esposas como monstruos malignos, quien practicó el adulterio de forma sistemática y quien recurrió al engaño para seducir a jóvenes a las que doblaba en edad.
A la única mujer a la que le fue siempre fiel era su hermana Conchita, fallecida a los siete años. Picasso prometió a Dios que dejaría de pintar si salvaba su vida, pero murió. Todavía en su madurez, la seguía representando en cuadros como 'Minotauro ciego guiado por una niña en la noche'.
Siempre me ha fascinado la pintura de Picasso que tiene algo de diabólica. Su capacidad de penetrar en los secretos de la materia me parece casi sobrenatural. Pero también hay un componente de maldad y crueldad que se expresa, sobre todo, en los retratos de las mujeres, entre ellos, uno de Olga en la que la representa con una lengua de serpiente.
Picasso era implacable en su arte. Tal vez esa era su debilidad y su grandeza. Nunca fue un pintor complaciente como no lo fue Shakespeare a la hora de describir las miserias humanas. Su obra nos sobrecoge. Pero también su indiferencia al dolor de sus semejantes y su pasividad cuando los nazis ocuparon Francia. Sólo le preocupó salvar su patrimonio. Descanse en paz.