Tiempo recobrado
Cuando se confunde la verdad con la opinión
Sánchez enumeró algunas verdades que son en realidad opiniones. Están basadas en datos, pero no son evidencias científicas indiscutibles
60 años no son nada
Skakespeare para entender
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Iniciar sesiónFue Descartes quien reivindicó la importancia de hallar un método seguro para construir las certezas. Si no se es capaz de realizar un diagnóstico correcto de un problema, forzosamente la solución será errada. Pedro Sánchez se equivocó tanto en el análisis como en las ... soluciones en su plan para acabar con los bulos. El primer problema que surge de su intervención en el Congreso es la confusión entre verdad y opinión. Sánchez enumeró algunas verdades que son en realidad opiniones: que no es cierto que la economía española esté en crisis, que el problema de la ocupación es ficticio y que el cambio climático es resultado de la acción humana, entre otras. Estoy de acuerdo con esas afirmaciones, pero ninguna de ellas puede ser demostrada de forma tajante y concluyente. Son opiniones basadas en datos, pero no evidencias científicas indiscutibles.
Esto es importante porque lo sustancial del plan de Sánchez es que quiere hacer pasar las opiniones por verdades y las verdades por opiniones. El mero hecho de que él se atribuya el papel de velar por la verdad ya es perturbador. Lo que los gobernantes tienen que garantizar es el ejercicio de la libertad, pero no imponerla. Los límites de la libertad de información y expresión están en el Código Penal.
Este debate no es nuevo, contra lo que aseguró Yolanda Díaz. Invito a la vicepresidenta a repasar el caso Dreyfus y la incriminación de Zola. La relación de la prensa con el poder siempre ha sido conflictiva. El régimen de Franco acuñó la expresión «prensa canalla». Y no hace falta recordar las descalificaciones de Trump a los medios que denunciaban sus mentiras (léase el libro de Martin Baron). Ya Platón introdujo una distinción esencial en la polémica. Diferenciaba entre 'doxa', que serían las opiniones, y 'episteme', que corresponde a la verdad. Que la Tierra es redonda es una aseveración verdadera, pero no que Begoña Gómez sea víctima de una persecución judicial o una campaña de difamación. Esto es una opinión.
Lo que cabe sospechar es que Sánchez utiliza este asunto para marcar la agenda política y distraer la atención sobre los escándalos que le afectan. Eso no significa que el problema no exista. Existe y ha existido siempre porque, en la medida que los seres humanos somos libres, la mentira es inevitable. Lo que no es de recibo es coartar la libertad para acabar con los bulos.
Es cierto que en el plan de Sánchez no hay nada que amenace los contenidos, pero su planteamiento parece un intento de poner a la prensa bajo el foco e intimidar a los medios. Lo mejor que puede hacer un gobernante democrático es dejar a los periodistas que hagan su trabajo. Y esto no es corporativismo porque la libertad de información es un derecho de los ciudadanos y no de los políticos.
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