TIEMPO RECOBRADO
Alucinaciones
No comparto las tesis catastrofistas de quienes creen que la Inteligencia Artificial producirá daños irreversibles
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Iniciar sesiónLa junta rectora del Cambridge Dictionary ha elegido como palabra del año «alucinación». Hay un verbo en inglés que es «hallucinate», que significa lo mismo que en castellano. Más interesante que la elección del término es la razón por la que se ha adoptado la ... decisión.
Alucinar quiere decir en nuestro idioma imaginar algo que no existe. Pero los responsables del Cambridge Dictionary se refieren al uso de la palabra en la inteligencia artificial. He aquí el sentido que dan a su elección: «Alucinar es generar una información falsa mediante una inteligencia artificial, entendida como un sistema informático que tiene algunas cualidades del cerebro humano como la capacidad de producir lenguaje».
Ciertamente hoy existen instrumentos como el ChatGPT, que son capaces de alumbrar textos en los que es difícil saber si han sido concebidos por un ser humano o si han sido creados por una máquina. Peor incluso, es complicado averiguar si son verdaderos o falsos.
Estas dificultades remiten al problema del lenguaje, que es a la vez una estructura, y no elijo por casualidad este término, y una práctica individual. Saussure distinguía entre norma y habla. En la inteligencia artificial queda abolida esta diferenciación porque el sistema o norma es el habla. Los ordenadores almacenan, relacionan y eligen datos, pero no personalizan el lenguaje.
Apunta el Cambridge Dictionary que las máquinas alucinan porque generan información sin saber si es verdadera o falsa o, mejor dicho, carecen de la menor noción de la diferencia entre la verdad y la ficción. Si todavía damos un paso más, podemos llegar a pensar que crean una realidad paralela que es más verosímil que la propia sustantividad de las cosas.
La naturaleza de la inteligencia artificial empieza a ser el paradigma de nuestro tiempo. Ya escribió Guy Debord en 1968 que en las sociedades posindustriales es imposible distinguir entre el objeto y su representación, entre el significado y el significante, entre lo verdadero y lo falso. Es más, señaló que la verdad es un momento de lo falso.
Ignoro cuál va a ser el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo y en la vida cotidiana. No comparto las tesis catastrofistas de quienes creen que producirá daños irreversibles. Los luditas también temían que las máquinas dejarían sin ocupación a los seres humanos.
Pero lo que sí me preocupa es la dificultad que ya tenemos de distinguir entre la imaginación y la realidad. La publicidad, el márketing, los discursos políticos y los medios audiovisuales han creado un universo de ficción que parece mucho más auténtico que la realidad. Cierto que la palabra realidad es equívoca, pero todavía creo que hay alguna diferencia entre las alucinaciones y la actividad de nuestra razón. Lo dijo Descartes: razonar es dudar. Las máquinas no dudan.
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