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LA TERCERA

Calificar trabajos en el vacío

«Los sistemas de inteligencia artificial están creciendo a mayor velocidad que nuestra capacidad de regularlos. Algunos usos son benignos, otros malignos, pero todos plantean el mismo problema: ¿los ha escrito realmente un ser humano? Si uno no puede fiarse de la autoría de lo que lee, empezará a tener dificultades para saber qué es verdad»

CARBAJO

Michael Ignatieff

Enseño historia en una universidad, y la semana pasada, mientras estaba poniendo las notas a los trabajos de mis alumnos, tuve una experiencia que me dejó preocupado. A lo largo de doce semanas con treinta estudiantes, un profesor llega a conocer la manera en que ... estos hablan. Cada uno tiene su sello lingüístico. Por eso, cuando leí sus trabajos, me di cuenta inmediatamente de que dos de ellos estaban escritos en un lenguaje –correcto, pero forzado e impersonal– que no era propio de ellos. Pasé los ejercicios por el programa informático que utilizamos en la universidad para detectar los plagios. Los dos arrojaron unos «índices de similitud» elevados, lo que significa que hasta un tercio del texto se había tomado de otra fuente. Sin embargo, el problema no era el plagio u ocultar las fuentes, ya que habían citado a pie de página la mayor parte de lo que habían tomado prestado. El problema era que el texto no parecía escrito por mis alumnos.

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