6 toros 6

Sánchez quiere vérselas seis veces con el líder del PP en los ruedos televisivos. Seis cara a cara, seis. Lo que le gusta llevar las reglas hasta el extremo. El cuerpo a cuerpo. Seis cara a cara, seis. Uno por cada semana que falta para llegar a las urnas. Estoy segura de que todas esas veces está dispuesto Sánchez a recibir a Feijóo a portagayola. No sólo por lucirse, que también, sino por la seguridad que le dan sus actuaciones pasadas. Porque el presidente no se ve una sola debilidad cuando se recuerda en los debates. Le engaña la historia por varias razones. La principal es que sobrevalora su casta porque cree que él es el responsable de la muerte política de Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias, sus tres grandes oponentes en las anteriores elecciones. Pero Sánchez no les puso ni una banderilla. No obviaremos su influencia, su halo de poder, pero cada uno, por su cuenta, cometió sus propios errores con resultado final de expulsión del albero público.

Tampoco tiene bien calibrado Sánchez el ambiente en los tendidos, tal y como se vio el pasado 28M. Mal negocio cuando falla el equipo valorando el caché del representado. Luego, en la plaza, el figura se despista y no sabe de dónde vienen los vítores y de dónde los pitos. Casi ni donde está el sol ni dónde la sombra. En esto toda la culpa no va a ser del torero, pero no queda totalmente exonerado: la cuadrilla se la conforma cada uno como quiere o como puede. La mejor es la que te advierte, la que te enseña a oler el miedo. La que te recuerda que, en cualquier momento, el público te puede hacer colgar el traje de luces. Por mucho que brilles. Siempre hay otro esperando la alternativa.

Aunque quizá el mayor error de esta historia que hoy les traigo no lo comete Sánchez, sino quien aquí escribe. Porque he dicho arriba que quien ha salido a la plaza envalentonado es el presidente y en ese caso el torero sería el gallego, a quien, por el momento, le gusta tirar más de temple. En el PP se han pronunciado con guasa sobre lo de los seis cara a cara. «Una excentricidad más», Sémper dixit. Mientras, Feijóo se ha quedado con la cifra. Todo siempre puede ser casual, pero fíjense que ha dicho que sobran «cinco o seis ministerios». Justo los de Unidas Podemos. Igualdad, Consumo, Universidades… Justo con los que peor ha lidiado Sánchez. Menos mal que eran socios. Pues eso, «presidente, si no sabes torear, tralará…». No es que lo diga Feijóo, es que lo tararea media España desde hace diez días.