TIRO AL AIRE
El PP a la calle y luego ¿qué?
Si algo ha podido aprender la derecha de estas últimas elecciones es que no se gana –ganar es gobernar– centrándose en una sola bandera
El agua del grifo (12/9/2023)
Esta columna va sobre el jamón york de Sánchez (7/9/2023)
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Iniciar sesiónDe todas las veces en las que el PP ha salido a la calle no se sabe cuál va a servir de patrón para su próxima concentración antiamnistía. No hablamos de un partido especialista en gobernar en el asfalto. En Génova lo saben, pero nunca ... es mal momento para que las cosas cambien. La pregunta que se hacen muchos, y no sólo algunos del PP, es qué puede lograrse más allá de la novedad física, es decir, del aparecer en la plaza pública. Porque no hay nada nuevo en lo conceptual. Feijóo y sus votantes están en contra de la amnistía. Como lo están Vox y los suyos. Lo están también, parece, o eso dicen, algunos votantes del PSOE, incluso algunos dirigentes del PSOE. Es importante recalcar lo de «dicen», porque una cosa es hablar y otra votar. En las urnas y en los parlamentos. O ¿alguien espera que los diputados del PSOE de la Castilla-La Mancha de Emiliano García-Page lo hagan en contra de algo que le va bien a Sánchez? Eso sí sería un cambio en la política española. Votar en conciencia. Aunque ya han visto que al PSOE de Sánchez no les gustan los díscolos que piensan por sí mismos.
Pero más allá de pensamientos y presencias, que el PP es muy de las mayorías silenciosas, ¿qué espera Génova de la concentración en la plaza de España de Madrid sólo unos días antes de la cita de investidura de Feijóo?, ¿más votos para una repetición electoral si la hubiera? Eso podría estar bien hilado. Aunque a corto plazo la cosa es más peliaguda. No basta con liderar el descontento.
A medio plazo, la gran duda de que el PP salga a la calle no es sólo qué logrará. También si le va a servir para romper sus propios tabúes. Si puede marcar un antes y un después en su forma de hacer política. ¿Van a empezar a protestar los azules en la calle por otras causas?, ¿por otros destrozos? Génova no se echó al asfalto por algunas de las gravísimas roturas que la coalición le ha causado a la sociedad española: de la abolición de la biología a la ley del 'sí es sí', por hablar de leyes que afectan a las mujeres, el 50 por ciento de la sociedad. Quizá debería empezar a hacerlo. Dejar claro también de puertas afuera que defiende el respeto institucional y la igualdad de todos los españoles desde todos los ángulos.
Si algo ha podido aprender la derecha de estas últimas elecciones es que no se gana –ganar es gobernar– centrándose en una sola bandera. La baza antiamnistía es fuerte, pero no parece suficiente para que suene la música del DJ bajo el balcón.
Si Génova quiere aprender del PSOE y no es que quiera, es que debe, podría empezar por ahí. Por no quedarse solo con las banderas que le dejan. Por conquistar, de verdad, la calle. Y los conceptos. Por marcar su propia agenda.
No es que no se alcancen gobiernos sólo con banderas, es que no se ganan sólo con una. Sobre todo cuando defiendes que esa bandera es en la que cabemos todos.
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