TIRO AL AIRE
¿Un pacto de caballeros?
Parece que al PP a veces le asesora el enemigo. Es lo que tiene escuchar en exceso las críticas aquí y allá
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Han terminado pactando porque no quedaba otra, porque Bruselas es Bruselas, porque había un 'deadline' o porque ya era de vergüenza. O a lo mejor lo han hecho porque en los dos grandes partidos sigue habiendo mentes de Estado, cabezas comprometidas con la separación ... de poderes y con la verdadera función de la política, que es ejercerla, es decir, resolver asuntos por y para el pueblo. Es justo lo contrario de hacer partidismo aunque nos tengan acostumbrados a la inversa.
Pues bien, con todo esto, PSOE y PP, han logrado firmar la paz sobre el CGPJ pero con la pipa aún humeante en el Berlaymont empezamos a escuchar peros, cláusulas y reticencias. Claro que el camino va a ser largo, pero, de verdad ¿hace falta subir el tono y descalificar al otro inmediatamente tras la rúbrica? Claro que no te fías al 100 por ciento del otro y por eso se pone en un papel, porque si te fiaras no necesitarías firmar.
Por eso, parece que al PP a veces le asesora el enemigo. Es lo que tiene escuchar en exceso las críticas aquí y allá. Pero ya has firmado, es un logro, demuestra que sabes pactar.
Un detalle: a quien le pilla en la oposición es quien mejor tiene que saber vender ese triunfo. Y sin embargo, algunos ratitos parece que han firmado un pacto diluyente, porque se diluye, porque ya veremos a ver, en vez de uno constituyente, que es lo que han hecho. Sánchez y Puigdemont sí firmaron un pacto diluyente –de la Constitución– pero aún con sus trampas y sus dudas –o precisamente por eso– tuvieron bastante cuidado de venderlo bien cada uno por su lado. Cierto que el de la amnistía era un pacto partidista y el de ahora político, insisto, para mejorar el funcionamiento del sistema. Lo firme quien lo firme, un pacto necesario.
Tengo una amiga abogada que en cuestiones de terrenos rurales lo primero que pregunta es si hay escrituras. «Os sorprendería comprobar la cantidad de gente, para quien, no hace tanto, la compraventa consistía en echarse la mano». Así, sin papeles. Sin arras, sin más cláusulas que el puro cumplimiento de la palabra. Lo dicho iba a misa. A Bruselas. Al CGPJ y al Supremo si hacía falta. Caballeros hasta el final.
Igualito que lo que estamos viendo estos días. Pactar cuestiones difíciles en política siempre hace historia. PP y PSOE deberían sacar bastante más pecho por este recién acuerdo judicial. Lo contrario, no hacerlo, no presumir de lo bueno que, por fin, han conseguido, suena a complejito, a electoralismo, a no haber entendido que la situación política es la que es, aunque cada cual desee otra distinta.
No sé si es vergüenza o miedo a que el otro rentabilice el pacto más o mejor. Pues bien, al pueblo, en general, eso le da bastante igual. La gente no habla de este tema en el metro. Pero sí sabe que en este país nos hacen falta más pactos de caballeros.