Que todo sea mentira

Mi urgente deseo se hace más fuerte con cada titular. Puede parecer caprichoso pero no, esto que yo espero es por el bien de todos. ¿No sería mucho mejor que lo de la lejía sobre el móvil del fiscal fuera falso? Un chiste a lo Gila. ¿Es el enemigo? Perdone, que se me han borrado todos los wasap.

Hasta lo de aniquilar a la oposición por la vía del muro y la exterminación del contrincante, ese que no gobierne la derecha, tiene algo de chiste. Cruel, pero chiste. Y lo de verse con Puigdemont. ¡Que no, que era broma! No le encuentro otra explicación.

De igual manera, sospecho que todo lo que rodea a Begoña Gómez es una sátira sobre corruptelillas en Moncloa, como un 'sketch' de Martes y 13 de hace alguna década. O mejor, para no alejarnos tanto en el tiempo, es una gracieta chisposa al estilo de la pregunta de Broncano sobre la pasta. ¿Se la haría el presentador al hermano del presidente?

No me muevo de 'La Revuelta'. Los próximos invitados podrían ser Koldo, Ábalos y Aldama. Por separado, que si no… ¿Cuánto dinero tienes en el banco? Y así nos reímos todos del asunto de los cuartos y del capítulo de Delcy y las maletas en el aeropuerto. De hecho, no descartemos que sea en 'La Revuelta' donde se destape todo por fin.

Un giro de guion tremendo, en el que se nos explique que todo esto es una ficción y que esperan que nadie se haya ofendido. Qué menos. Que todo era una broma –y los investigados, actores– pero al guionista, qué graciosete, se le ha ido de las manos. Si hace falta una gala, que se haga. Que se nos despeguen los muñequitos de papel a los españoles, a sus instituciones. Que volvamos a respirar. Así que, por favor, que salgan, ya. Que si no, esto es irrespirable y no aguantamos otro año. Ya no digo nosotros, sino ellos.