Suscribete a
ABC Premium

TIRO AL AIRE

Medallas, sospechas y algo más

El deporte, y por eso es un invento humano, tiene reglas, cada uno las suyas, para que el juego sea juego y además sea limpio y justo

Hoy me avergüenzo de España

El conciertazo

María José Fuenteálamo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En 2016, la ministra de Deportes francesa acusó a Rafa Nadal de dopaje. Al año siguiente, fue condenada por difamación. El tenista acudió a los tribunales harto de las sospechas que los galos, incluidos los guiñoles que lo representaron con una jeringuilla, vertían sobre ... él. Más que dinero –la sentencia judicial condenó a la política a pagar 10.000 euros al mallorquín–, lo que consiguió el tenista fue limpiar su nombre. Que quedara claro que no hacía trampas, que no había tongo, que no se inyectaba, yo que sé, testosterona. Hacerlo es dopaje. Rafa quería que se supiera de forma planetaria que el suyo era un juego limpio que se ajustaba a las normas del deporte. Normas siempre artificiales.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia