TIRO AL AIRE
La falta de amor ahora llena los súper
Que los jóvenes pasen de ligar en Instagram a hacerlo ahora en tiendas físicas es el siguiente paso de rebeldía contra el gran hermano tecnológico
Chicas, a las armas
No se ofenda (o sí)
Del ligoteo en el supermercado lo que más me intriga es qué haces con la compra si triunfas. ¿Pagas mientras el otro espera? ¿Hacéis la compra juntos o no tan rápido? Además, en una España a 40 grados no te puedes ir luego con ... la fruta –piña, hay que poner piña– a tomarte algo a una terraza o a cenar. ¿Quedáis más tarde? ¿O no compras lo que has metido en el carro? Espero que al menos devuelvan cada cosa donde corresponda, para que su éxito no suponga más trabajo a otros. No defiendo las cuotas por ligar en los sitios, pero en las discotecas siempre consumíamos, incluso cuando íbamos sólo a bailar. Que el del local tiene que pagar la luz, el género y a la plantilla. Tinder tendrá menos gastos, pero mantener cualquier superficie no es barato.
Si fuéramos a ligar al súper los de mi generación lo primero que haríamos es disimular. Yo, que jamás llevo lista, ese día me la escribo en papel. En el móvil la has podido teclear en el momento. Llenar la nevera va de perlas siempre, pero lo haría para evitar el mal trago de salir de vacío y tener que decir eso de «no llevo nada». En los bares no confiesas a nadie la derrota. Comprar un mísero refresco para simular que entraste por pura sed tampoco cuela.
Si un día le echara el ojo a algún guaperas, o viceversa, desearía que su carro también estuviera, al menos, medio lleno. Conocer qué compra alguien es como brujulear lo que lee. Información preciosa. Dicen que hay una serie de productos que indican si uno viene a ligar sin compromiso o busca algo duradero, pero para la elección o el descarte yo me fijaría más en si hay exceso de precocinados, salsas y rebozados. Hay una edad en la que me interesa más que sepa comprar y cocinar –y que compre y cocine– que el resto de atractivos. El balance de macros antes que la saciedad inmediata.
Toda esa información –la de qué compras– y las facilidades para no tener que pararte a pagar las daba Amazon Fresh. Unos súper sin personal. Sin cajas. Elegías, llenabas la bolsa y a la calle. El sistema te mandaba luego la factura a la tarjeta. Y si no comprabas, no tenías que decírselo a nadie. Ideal para ligar, ¿a qué sí? La primera vez que fui sentí una deshumanización absoluta. No han funcionado y Amazon ha dado marcha atrás. Que los jóvenes, con códigos propios de 'Me gusta' para ligar en Instagram, lo hagan ahora en tiendas físicas es el siguiente paso de rebeldía contra el gran hermano tecnológico. Interesarte por otros humanos en los pasillos, cotillear qué llevan en la cesta y, si te gusta, mirarlos a cara. Hablarles. Comunicarte. Seguir un rito. Jugar al cortejo. Una generación en busca de contacto humano, incluso amor, en vivo. En directo. Hay partida. Las revoluciones brotan donde menos te lo esperas. Cualquier día le preguntamos qué tal la familia al del fiambre.