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TIRO AL AIRE

Esperar primaveras

Hay un tipo de político que de tanto diseñar su estación ideal termina primaverado, asfixiado por su propio florecimiento

Querida Clara (8/3/23)

Presupuestos para multas (3/3/23)

María José Fuenteálamo

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Lucen los almendros ya en modo postal japonesa, aunque sean españoles, y se nota. Es el tiempo de los locos que dicen los que no entienden que el cashmere se lleve con sandalias y éstas con calcetines. Lo segundo es una maravilla pero se combina ... sólo en producciones de moda, en el extranjero o por los caminos. Lo aprendí en el de Santiago. Truco de peregrino experto: calcetines de hilo de Escocia con sandalias de trekking. Look antilujuria lo llaman mis amigas. Ríase la gente. Qué tormento con la elegancia, ajena, normalmente. Ésta no puede competir nunca con la belleza ingobernable, la que no se puede parar, ni dominar, la que te pasa sin que te enteres y, por eso, se espera eternamente. La primavera a la que cantó Machado, esa juventud nunca vivida, pero siempre anhelada. La que no sabemos si ya acabó o está aún por venir. Todos nos aferramos a ella. Hasta los ardientes defensores del frío, con quienes los partidarios del calor siempre estamos dispuestos a retarnos en duelo, salvo –la excepción, la regla– en esas noches urbanitas irrespirables a 40 grados.

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