EL RETRANQUEO
No es no
Sánchez saca a Podemos de la ecuación, y coge desprevenida a Yolanda Díaz, cuya marca Sumar fracasó en la noche de ayer. Es su único recurso, pero es a la desesperada
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl adelanto electoral era una de las tres únicas opciones que tenía Pedro Sánchez tras la debacle de anoche. Podía haber dimitido y abrir en canal el PSOE para una razonable sucesión, pero probablemente eso nunca estuvo en sus cálculos. Podría haber provocado una profunda ... crisis de Gobierno y expulsar del Consejo de Ministros a Podemos como golpe de efecto. Y podía adelantar comicios, algo que, siempre dijo, nunca haría. Lo ha hecho porque la recuperación por parte del PP de dos millones de votos y la ventaja de 800.000 sobre los resultados del PSOE han provocado tal grado de alarma en el PSOE que cualquier otra solución lo habría abocado a llegar a los comicios de diciembre mucho más desgastado, sin margen de maniobra para recuperar voto y con una movilización de la izquierda muy en entredicho.
La maniobra tiene mucho de audaz, de resignación y de desesperación. Es una jugada a una sola carta que entraña demasiados riesgos para un PSOE demolido. Pero es la única plausible. O al menos, para intentarlo. Con su decisión, Sánchez saca a Podemos de la ecuación, y coge desprevenida a Yolanda Díaz, cuya marca Sumar, por extensión y equivalencia, fracasó en la noche de ayer. Vende así una imagen de estadista responsable (sin serlo) y sitúa al PP y a Vox en una compleja tesitura negociadora al solapar la campaña de las generales con los pactos en autonomías y ayuntamientos. Y añade un factor 'estacional': el de votar de manera inédita en pleno verano, con millones de españoles de vacaciones. Una alta abstención, en caso de derrota socialista, podría evitarle una humillación más amplia de la que revelaron los resultados de anoche en las municipales y autonómicas.
Sánchez nos ha acostumbrado a hacer política cambiando de criterio siempre y cuando le ha convenido. Bildu es la prueba más elocuentes de ello. No es descartable reencontrar en estos próximos dos meses a un Sánchez rectificador, mirando hacia el centro, reivindicando los valores de la socialdemocracia clásica, y convertido en nuestro Olof Palme de Aravaca. Pero es un último intento, la reacción propia de un jabalí herido en su orgullo. Pretende contar con un mínimo de 110 escaños, a los que añadir una treintena de Sumar, y los restos de los socios que han conformado su legislatura, lo que supondrá entre 40 y 50 escaños. Es su cálculo. Es su oferta. Sumar otros 176 escaños de manera desesperada. Hacer virtud del agobio como último recurso. La única duda razonable es si Sánchez será creíble para revestirse ahora de candidato fiable. Al menos en las urnas anoche ya se le contestó con un monosílabo simple y contundente, que además conoce bien. No es no.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete