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pincho de tortilla y caña

El turrón que se acaba

No hay ningún poder del Estado, desde que él se abrazó a la lira de Nerón buscando la sonrisa de las musas, que no esté envuelto en llamas

Luis Herrero

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El turrón también es una medida de tiempo. Como los cortes de pelo o los telediarios. Un ejemplo: ¿cuántos turrones se comerá todavía la idea de España que heredamos de nuestros padres? Respuesta: depende de los cortes de pelo que le queden a Sánchez como ... presidente del Gobierno. Y mucho me temo que serán todos los que permita el apoyo independentista de ERC. Si después de las próximas elecciones el consorcio Frankenstein alcanza los 176 escaños hay Sánchez para rato. A estas alturas todo el mundo sabe que el presidente solo puede caer por una de estas dos razones: o porque las urnas le manden a la bancada de la Oposición o porque, una vez revalidada la mayoría absoluta, se niegue a guiar a sus socios a la tierra prometida, que diga lo que diga el juez Marchena tiene de ensoñación lo mismo que yo de tigre de Bengala. Reconozco que esta segunda hipótesis suena a cuento de Navidad, pero como estamos en fechas tan señaladas merece la pena tomarla en consideración, aunque solo sea como hipótesis fantástica.

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