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PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA

Retirarse a tiempo

Empecinarse en ganar batallas imposibles es de necios. Y rendirse, de cobardes. Pero a veces no hay mayor acto de valentía que retirarse a tiempo

Luis Herrero

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De joven me apasionaba el teatro. Devoraba los 'Estudio 1' que programaba la única televisión de entonces cada viernes por la noche, leía casi todos los títulos que publicaba semanalmente la colección 'Escelicer' y, cuando tuve la oportunidad de financiarlo, comencé a asistir, solo o ... en compañía de otros, a los estrenos de la cartelera de Madrid. Mi gusto era omnívoro. Me lo pasaba bien incluso en funciones que no despertaban el interés del público. Recuerdo que una vez fui a ver a Mari Carrillo al teatro Alfil y me encontré completamente solo en el patio de butacas. En la obra, que se titulaba 'Coqueluche', también actuaba su hija Teresa Hurtado. Me sorprendió que el empresario no suspendiera la representación. Cuando cayó el telón aplaudí con todas mis fuerzas y Mari y Teresa bajaron del escenario para darme las gracias. Las dos estuvieron geniales (lamento no recordar el nombre de los dos actores que completaban el elenco) y dudo mucho que se hubieran empleado más a fondo si el aforo de la sala hubiera estado a reventar. Nunca he olvidado esa lección de profesionalidad.

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