Suscribete a
ABC Premium

pincho de tortilla y caña

Luto en Dragolandia

Sánchez Dragó fue una de las personas que contribuyeron a ratificar la pertinencia de mi nueva percepción del bien y del mal

El Cristo de la Supervivencia (5/4/23)

Vista a la izquierda (29/3/23)

Luis Herrero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Fernando Sánchez Dragó me cayó bien al primer vistazo. Nos conocimos a principios de los 90. Era un tipo inusual que siempre decía lo que le daba la gana sin que parecieran preocuparle las consecuencias. Antonio Herrero lo fichó para su programa de la Cope ... y cuando coincidíamos en el estudio lo pasábamos estupendamente. Yo crecí en el vientre de la derecha franquista, más o menos convencido de que los tipos como él, forjados en la fragua del Partido Comunista, tenían secretas protuberancias en la frente y olían a azufre. En el lance de la Transición me caí del caballo. Descubrí que muchos de ellos anhelaban la libertad tanto como yo. Y con más derecho. Después de todo habían luchado por conseguirla, aunque sin mucho éxito, jugándose el pellejo. Yo, no.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia