PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA
Felicitaciones modernas
Confieso que no sé cuál es la diferencia entre emoji, meme y emoticono, pero doy por hecho que ustedes sí
Las sillas vacías
Voces de Navidad
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Iniciar sesiónSabes que es el último día del año porque el móvil no para de vibrar. Las felicitaciones se suceden. Al leerlas te encuentras con algunos textos convencionales (sujeto, verbo y predicado), muy pocos, y con otros muchos escritos con contracciones criminales y una larga ... sucesión de ilustraciones gráficas. Confieso que no sé cuál es la diferencia entre emoji, meme y emoticono, pero doy por hecho que ustedes sí y que por lo tanto saben a lo que me refiero. También hay algunos remitentes más creativos que mandan canciones, fragmentos de películas o –la última moda– fotografías realizadas con inteligencia artificial donde aparecen todo tipo de recreaciones virtuales de Pedro Sánchez en lugares distintos y compañías variadas. En la última que he recibido se le ve en una celda, sentado enfrente de Zapatero, con un gendarme custodiando la estancia en actitud marcial. El texto que acompaña la ilustración reza: «Mis mejores deseos para este 2025». Debo reconocer que el chiste no me hizo gracia (tal vez porque mi formación católica me impide desearle el mal al prójimo) y que, instintivamente, me vino a la cabeza la célebre rima del cinco, que mucho me temo va a ser muy recurrente durante el nuevo año. No me detendré a contraargumentar lo que algunos de ustedes estarán pensando: que enjaular a Sánchez y Zapatero no es desearle el mal a dos seres humanos, sino el bienestar a millones de ellos. A lo mejor le dedico otro artículo a esa porfía dialéctica, pero ahora quiero volver al asunto que me ocupa, que no es otro que las felicitaciones modernas. Ya ha quedado claro, a estas alturas del texto, que no son santo de mi devoción. No me gusta el formato. Prefería los christmas.
Añoro aquel tiempo en que uno elaboraba una larga lista de destinatarios (generalmente agrupados en las categorías de amigos y compromisos) y redactaba de su puño y letra frases específicas para cada uno de ellos. La longitud de la epístola navideña y la temperatura de los adjetivos elegidos determinaban la intensidad del afecto. Esa práctica de individualizar los parabienes también ha caído en desuso. En la época de los borregos casi todos somos tratados como tales. La mayoría de los zumbidos del móvil, tal día como hoy, anuncian mensajes genéricos que el remitente, al que muchas veces apenas conoces, ha enviado a toda su lista de contactos.
En el capítulo de las excepciones hay dos estilos distintos: el de los amigos perezosos, que se refugian en lugares comunes y frases hechas, y los poquísimos arriesgados que se atreven a singularizar palabras dedicadas específicamente para ti. Créanme: esos son los amigos que merecen la pena. A mí aún me quedan algunos, aunque reconozco que no muchos. En ellos pienso al escribir este artículo y a ellos se lo dedico. Sobre todo a ti, Ernesto. Gracias por aceptarme como soy y por recibirme siempre con los brazos abiertos. Pincho de tortilla y caña a que ustedes también habrán pensado en alguien singular si su lectura ha llegado hasta aquí. Les deseo de corazón que en 2025 lo cuiden como oro en paño. No hay ningún obsequio que pueda igualarse a la verdadera amistad.
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