pincho de tortilla y caña
Los buenos de la película
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Iniciar sesiónComo es probable que me arme un lío y que después de varias subordinadas acabe hablando mal del periodismo en los tiempos que corren y de otras cosas deplorables que no están en el guión, déjenme decir de entrada que he visto 'Septiembre 5', una ... buena película de periodistas donde los periodistas son, además, los buenos de la película. Les anticipo mi conclusión: ojalá reflejara la verdad y la gente saliera del cine con la sensación de que los periodistas somos así. Pero no es cierto. Y los espectadores lo saben. Algunos abandonaron la sala y enfilaron la calle como solían hacerlo en la senda de los elefantes los seguidores del Atleti, después de palmar un partido en el Manzanares: meneando la cabeza a derecha e izquierda en señal de desacuerdo con lo que habían visto. La acción cinematográfica transcurre en el control de realización de los estudios que la cadena televisiva ABC instaló en la villa olímpica de Múnich durante los Juegos de 1972. El grupo terrorista palestino Septiembre Negro secuestra a 11 atletas judíos y amenaza con liquidarlos si no se libera a 234 prisioneros árabes detenidos en Israel. Empieza el pandemónium. Expertos en halterofilia, voleibol o lanzamiento de jabalina tienen que demostrar que su adiestramiento profesional les capacita para retransmitir en directo el notición que tiene en vilo al mundo entero. Hay idas y venidas de reporteros camuflados como deportistas que esconden bobinas debajo de la ropa. La búsqueda de fuentes se vuelve frenética. Pinchan la radio frecuencia de la policía y una intérprete alemana, avergonzada con su país por la ignominia del Holocausto, se implica en la investigación como una reportera más. En medio del trajín, las reglas deontológicas nunca se transgreden. Se exige confirmación fidedigna incluso de las informaciones que emite la televisión del país. Las horas de insomnio no provocan ataques de ansiedad y todo el mundo mantiene la calma. No hay una voz más alta que otra, nadie se caga en la madre que parió al vecino, los nervios no provocan ninguna pifia y todos parecen actuar bajo los efectos de una sobredosis de benzodiazepina. El trabajo les sale bien, aunque el desenlace de la noticia es catastrófico. Los políticos son unos inútiles y los periodistas unos héroes. Ignoro si el equipo de la ABC se comportó como se cuenta en la cinta, pero permítanme dudarlo. Tiendo a pensar que a los guionistas se les ha ido la mano a la hora de idealizar un oficio que, para desgracia de quienes lo ejercemos, sólo goza de la confianza del 27% de los ciudadanos según datos del eurobarómetro de 2023. El Informe Anual de la Profesión Periodística 2024, elaborado por la APM, considera que esa desafección ciudadana se debe al amarillismo y a la falta de rigor de la información que se facilita, al hecho de que los medios participen de la misma polarización que los políticos y a la creencia de que los tertulianos y los columnistas estamos excesivamente identificados con los partidos. Pincho de tortilla y caña a que muchos espectadores coincidirán conmigo, después de verla, en que la película no nos pinta como somos, sino como deberíamos ser.
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