Ganar la paz en Ucrania

Es corriente leer que si Ucrania no gana la guerra afectará irreversiblemente a las democracias liberales occidentales. Por consiguiente, el fracaso de Rusia en Ucrania es existencial para la supervivencia de una Europa unida y democrática. En pocas palabras, la existencia de la democracia liberal en Occidente y la de una Europa unida y democrática está en grave peligro debido a la agresión de Rusia a Ucrania. Esta exageración, interesada seguramente, sorprenda incluso en Moscú, que según parece no tiene el menor interés en ocupar toda Ucrania y menos aún a otros países europeos. Los objetivos actuales del Kremlin, según los hechos y no los relatos, es mantener Crimea y las regiones del Donbás bajo control ruso y conseguir a todo trance que Ucrania no entre en la OTAN. Esto es existencial para Moscú, igual que lo es la agresión rusa a Ucrania para Bruselas. Sin embargo, si uno estudia la posición geográfica de Ucrania en relación con Rusia, puede entender la preocupación de Moscú, pero el relato existencial para Bruselas parece más narrativa interesada que realidad contrastada.

Para Rusia, Europa no es un enemigo sistémico, según Putin. Es cierto que Ucrania está compuesta, además del 'rus' de Kiev, de regiones desgajadas de Polonia, Hungría, Moldavia y Rumanía por el oeste y de Rusia por el este (el Donbás), además de Crimea, regalo de Kruschev, presidente de la URSS, con ocasión del trescientos aniversario de la adhesión de Ucrania a Rusia a mediados del siglo XVII, situación utópica anhelada por algunos en Moscú. La seguridad de Rusia pasa por Bielorrusia y Ucrania como socios y aliados de Moscú. Esto también parece utópico. De esa forma quedó delimitada Ucrania después de la Segunda Guerra Mundial y de los manejos de Stalin. Esto significa que hay minorías étnicas diseminadas por Ucrania, al igual que por Europa. Falta mencionar las regiones ucranianas de mayoría católica, hacia la frontera de Polonia, y las ortodoxas junto a la frontera rusa. La Iglesia ortodoxa de Kiev rompió en 2022 definitivamente con la de Moscú, pero los católicos del oeste de Ucrania no son ortodoxos.

En fin, lo mas probable es que Ucrania no recupere el control de los territorios que ha perdido desde 2014, no se convierta en miembro de la OTAN o de la UE hasta dentro de algunos años, quizá muchos, cuando las garantías de seguridad de unos y otros estén consolidadas. Esto dicta el realismo político que parece impregnar a la nueva administración del presidente Trump y en ello se ocupará seguramente en sus primeros días de gobierno.