café con neurosis
Otra vez los Sudetes
No nos distraigan que estamos muy ocupados a ver si demostramos que, en 1938, sólo asesinaba y fusilaba uno de los bandos
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Fue también en Múnich, pero en el año 1938. Los españoles ya nos estábamos matando los unos contra los otros, y no podía afectarnos demasiado, pero la decisión de Italia, Gran Bretaña y Francia, de perdonarle a Hitler que hubiera invadido los Sudetes checoslovacos, ... le animó a invadir poco después toda Checoeslovaquia, a la que, por cierto, Italia, Gran Bretaña y Francia, no invitaron al pacto, y a la que presionaron para «lograr una paz duradera».
Ahora, en 2025, Estados Unidos, sin invitar ni a la Unión Europea, ni a Ucrania, pretende presionar para que al Hitler de 2025, o sea, Putin, se le regale lo invadido y así, volver a «lograr una paz duradera». Ya invadió Crimea, creo que hace unos ocho años, y la Unión Europea, con ese ardor y valentía que le caracteriza, protestó de una manera enérgica, tan enérgica que el tirano ruso se quedó con Crimea y, luego, se animó a intentarlo con zamparse el resto de Ucrania.
En esas estamos: organizando fielmente, como si fuera una copia histórica, las vísperas de lo que podría ser una III Guerra Mundial, que si no llega a producirse será porque a China le faltan todavía un lustro o dos para asentarse como la potencia mundial indiscutible, y le interesa que su amigo, el tirano invasor, siga desgastándose, porque los amigos tiranos son menos peligrosos, cuando están más débiles.
¿Y España? Bien gracias, no nos ha pillado matándonos los unos a los otros, sino insultándonos los otros con los unos, que es menos peligroso, y discutiendo, ardorosamente, a ver si meten en la cárcel a un ciudadano que, en un momento de euforia, de celebración, delante de las cámaras de televisión, y de millones de personas, le dio un beso a una jugadora de fútbol de casi tres segundos, gran problema en un país donde se procede a la ablación del clítoris de cientos de mujeres, sin que se haya producido ni un mal gesto, ni una manifestación, porque parece que es por motivos religiosos.
Escribía ayer, Ana Sánchez, en este periódico, que a los españoles nos llaman en la OTAN los gorrones, por ser los que menos dinero aportamos. En Polonia, vecina de Ucrania, con la mitad de nuestro PIB, parece que invierten tres veces más que España.
Pero no nos distraigan que estamos muy ocupados a ver si demostramos que, en 1938, sólo asesinaba y fusilaba uno de los bandos. Y, con la Ley de Memoria Histórica, quien lo niegue será multado. ¡Ah! Y a ver qué dice un delincuente, que vive en Waterloo, que es el que manda en el Gobierno.
Y, si un mal día, entran los soldados del invasor Putin por los Pirineos, nos van a pillar discutiendo si el sexo fiscal del salario mínimo interprofesional es niño o niña.
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