café con neurosis
«Malditos aquellos que...»
Malditos sean los que manosean la virtud, diciendo que la construyen a través de la necesidad
Renace el boicot (5/11/2023)
La burda ingratitud (29/10/23)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión«Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos los traicionan» , dijo Benito Juárez, un mexicano de origen indígena y muy pobre, que llegó con su esfuerzo y su empeño a la Universidad, a la abogacía y a la presidencia ... de su país, a mediados del siglo XIX. Malditos sean aquellos que dicen en las campañas electorales todo lo contrario de lo que hacen al llegar al poder, y usan la mentira con la frecuencia con que los demás desayunamos, demostrando el desprecio que sienten a quien les vota, y la creencia de que pueden burlarse de ellos de manera constante.
Malditos sean quienes convierten la explicable emotividad y apego a las costumbres locales de un territorio en una especie de religión laica, que creen que les transforma en seres superiores a los de otras tierras, cuando nunca la tierra proporcionó jerarquía y reconocimiento a ningún ser humano, sino el mérito, el talento, el trabajo y la virtud. Malditos sean los que manosean la virtud, diciendo que la construyen a través de la necesidad, confundiendo la necesidad de sus egoísmos en beneficio colectivo, sin reparar en el daño que causan a millones de personas, y las divisiones profundas que provocan en las sociedades que gobiernan.
Malditos sean aquellos gobernantes que se empeñan y azuzan el maniqueísmo, la estúpida división en buenos sin tacha y malvados irrecuperables a los que habría que suprimir, convirtiendo palabras nobles, como progreso y progresismo, en pasaporte para cometer tropelías e injusticias. Malditos sean aquellos a los que la injusticia no les quita el sueño, aunque sea presionando, insultando a los magistrados, interviniendo en sus nombramientos, o convirtiendo sus sentencias justas en errores que convierten a los jueces en prevaricadores.
Y malditos sean también aquellos jueces con biografías limpias hasta que el sectarismo ideológico les lleva a convertirse en criados de los políticos. Y malditos sean aquellos políticos, de cualquier partido, que ante el disparate y el claro atropello a la igualdad de los ciudadanos asienten como bueyes al enorme desatino y son esclavos de la nómina, llenándose de indignidad, porque el poder y los sueldos se acaban, pero la memoria de la ruindades, cometidas o permitidas, siempre perdura.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete