CAFÉ CON NEUROSIS
Desproporción
Con nuestro silencio, con la mansedumbre de creer que eso no nos va a afectar, vamos a ser inferiores para que los secesionistas se pongan los galones de ciudadanos especiales
Acoso sexual a la Constitución (03/09/2023)
El chivo rebelde (27/08/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHay pocas jotas dedicadas a la derrota, porque a nadie le gusta ser un perdedor, y las pocas se tiñen de ironía: «¡Qué paliza dimos,/ ellos a nosotros:/ ellos eran cuatro, /y, nosotros, ocho».
La he citado porque me parece una síntesis brillante de lo ... que va a ocurrir en España, donde unos partidos separatistas, que no han logrado ni siquiera un millón de votos, hablan como dueños y señores de una comunidad, que ha dado sus opciones políticas a otros partidos, que no son separatistas, y a los que votaron mayoritariamente. Los votantes del separatismo son, aproximadamente, uno de cada cuatro catalanes, mientras los otros llegan al 70 por ciento. No he hecho trampas estúpidas, porque el resultado de las elecciones se puede consultar en cualquier momento, y he colocado a los votantes de Sumar entre los no separatistas, porque la cofradía comunista, que aparentemente defiende el nacionalismo, pondría firmes a los camaradas secesionistas si alcanzaran el poder. Los comunistas españoles apoyan el nacionalismo desintegrador, porque les parece un medio aprovechable para socavar la monarquía e implantar la República que perdieron. Y el Comisario Ideológico del PSOE actual, Pedro I, 'El Mentiroso', tampoco lo descarta, por si en lugar de pasar a la Historia como el presidente de Gobierno que más ha mentido a los españoles, lo puede hacer como presidente de la Tercera República Española, y así, cuando hable del Jefe del Estado, podrá referirse a sí mismo.
En términos cuantitativos, estamos a punto de dar la gran paliza ellos a nosotros, mientras ellos apenas suman un millón y el resto de españoles –que debemos ser ya 48 millones– recibiremos la paliza y comenzará la etapa de la asimetría, es decir, los españoles de primera –los separatistas–, los de segunda –que viven en las metrópolis y ciudades– y el resto, los de la España abandonada, los que ven más protegido al lobo que a sus ovejas; los que notan la espalda vuelta de quienes nos gobiernan; los que, cuando están muy enfermos o van a tener un hijo, deben recorrer entre 90 y 180 kilómetros para llegar al hospital más próximo.
Y nadie va a decir nada, ni habrá manifestaciones. Vamos a perder el derecho a la igualdad y nos van a obligar a ser asimétricos, es decir, inferiores. «Nunca he pretendido que me tengas por superior, a condición de que no me tengas por inferior», decía Torrente Ballester. Pues bien, con nuestro silencio, con la mansedumbre de creer que eso no nos va a afectar, vamos a ser inferiores para que los secesionistas se pongan los galones de ciudadanos especiales.
Se supone que un derecho no es una limosna que te dan, sino algo que no te pueden quitar. Y nos van a arrebatar el derecho a ser iguales. Y, si el mutismo se extiende, nos lo habremos merecido.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete