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Hernando y López

Como Hernando y López al menos fueron mascotas fieles y discretas se ven compensados con un ministerio

Legislatura chatarra

Escrivá, de ministro a asesor

Julián Quirós

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Pedro Sánchez también se ha cargado a Antonio Hernando, pocas semanas después de expulsar de La Moncloa a Óscar López. Conviene poner las cosas en claro. En el gabinete presidencial nadie deja el trabajo por voluntad personal (ninguna razón cuenta con fuerza categórica para abandonar ... las responsabilidades) sino cuando el jefe de Gobierno quiere mostrar su descontento con destituciones fulminantes. Como Hernando y López al menos fueron mascotas fieles y discretas se ven compensados con un ministerio, mientras que a Iván Redondo le bajó los humos de su ego desmedido con un despido agrio sin premio de consolación; ahí sigue, llamando cada lunes a la puerta a ver si consigue ser perdonado. Esta discrecionalidad es propia de todos los presidentes, pero cuesta no vincular los ceses de Hernando y López con su incapacidad para reconducir las sospechas de corrupción de la esposa del presidente desde las estancias monclovitas. Sánchez tiene muy mal perder y acaba de mandar un aviso al resto de altos cargos del PSOE.

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