La paz social del Doctor Sánchez

Con el partido de Estado comandado por el doctor Sánchez, el Dinero sabe que puede conseguir empleo precario y despido barato con paz social; sabe que puede desatar inflaciones monstruosas y pérdida abismal de poder adquisitivo de los salarios con paz social; sabe que puede imponer el otanismo como religión de culto obligatorio con paz social; sabe que puede promover los más aberrantes sopicaldos penevulvares, para asegurarse la esterilidad de las masas cretinizadas, con paz social; sabe, en fin, que puede lograr una sociedad donde los ricos sean cada vez más ricos y los pobres sean cada vez más pobres (y felices, además, de salvar el planeta) con paz social. Con la derecha en el Gobierno (incluso con sucedáneos febles, al estilo del gerontófilo Macron o de nuestro somorgujo gallego), el Dinero sabe que padecería huelgas generales, referendos secesionistas, protestas de antisistemas sistémicos, de niños pijos con ecoansiedad, de feministas con rabo y género fluido y hasta de monjas que quieren ser obispas. Nada de esto ocurrirá con un gobierno presidido por el doctor Sánchez, quien, además, para blindar el designio plutocrático, está nacionalizando a un millón de nietos de emigrantes y exiliados que le votarán a piñón fijo.

«¿Entonces el somorgujo gallego no va a ganar las elecciones?», me preguntan mis amigos más ingenuos. Sólo si hay que comerse algún marrón de tamaño cósmico: si se desata la debacle bancaria, si quiebra el sistema de pensiones, si la deuda pública se vuelve insoportable. Pues, ante una catástrofe financiera, el Dinero necesita que la derecha y sus sucedáneos febles se encarguen de limpiar la vomitona de sus orgías. Mientras ese momento no llegue, el Dinero seguirá ejerciendo la manipulación de las conciencias, para que gane las elecciones el hombre que garantiza la «paz social».