hay que vivir

Lío en la Abogacía (del Gobierno)

«El rechazo de la querella contra Peinado es el mayor palo de nuestra historia y la asociación no dice nada. Existe un miedo brutal en el cuerpo»

García Ortiz o el zorro cuidando del gallinero

Etarras a la calle, Bildu a la moqueta

El punto de inflexión fue la querella de Sánchez contra el juez Peinado por prevaricación. Eso fue lo que hizo saltar las alarmas en un cuerpo, el de la Abogacía del Estado, poco acostumbrado a la larga mano del poder político. Allí no se entiende ... que el abogado general se prestara a tal conchabeo con el Ejecutivo, incluso hay quien piensa que Sánchez incurrió en un delito de estafa procesal. ¿Por qué? Porque saltaba a la vista que esa querella era instrumental y lo que buscaba no era condenar al juez Peinado, sino señalarlo públicamente. ¿Sólo eso? No. Se trata, dicen estas fuentes, de que si el juez decidiera en el futuro ampliar la investigación de Begoña al marido-presidente, éste pudiera recusar al juez. Así, la defensa de Sánchez ganaría tiempo y el sustituto tal vez se lo pensaría si le merecía la pena convertirse en el pimpampum de La Moncloa. Lo de la cabeza del caballo, ya saben ustedes.

«¿Por qué fue tan sangrante esa querella? Porque quien nombra al abogado general del Estado es el Gobierno, pero no somos abogados del Gobierno sino de la Administración. Hay un ejemplo: en tiempos de Rajoy, Edmundo Bal era acusación en el tema de Gürtel. Es la prueba de que si queremos podemos resistir». Quien hace esta reflexión, no obstante, asegura que la razón por la que Bal fue destituido como jefe Penal de la Abogacía no fue por sus posiciones críticas con el Gobierno de Sánchez, sino «porque hablaba demasiado y estaba todo el día criticando a su jefa».

La Abogacía es un cuerpo pequeño, sobre todo si se compara con la Fiscalía General. Son alrededor de 350 en activo y 250 en excedencia. Tienen una asociación, pero está muy lejos de funcionar como las judiciales o fiscales. «Cuando salió el acuerdo PSOE-Junts que generó centenares de escritos de todos los cuerpos de la Administración, nuestra asociación se quedó muda. Sólo apareció un escrito firmado por jubilados, excedentes y unos veinte en activo», explican indignados ante el sometimiento al Gobierno. Más aún ahora que el abogado general se ha trasladado físicamente al Palacio de La Moncloa, donde el viernes 4 de octubre tomó posesión en presencia del ministro de Justicia. No obstante, tras el enorme volumen de escritos públicos de distintos cuerpos del Estado, la asociación sí acabó difundiendo un comunicado, algo más tibio, en el que apoyó a sus funcionarios, rechazó el concepto de 'lawfare' y defendió la separación de poderes.

Han pasado cinco días desde que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazara por unanimidad la querella de Sánchez y la asociación de abogados del Estado sigue callada. «¿Es el peor palo que ha recibido el cuerpo y no dicen nada? No se entiende a que esperan», explica otro abogado. «Existe un miedo brutal en el cuerpo, no se habla de nada con nadie, porque te conviertes en un paria. Ha habido mensajes en grupos de Whatsapp de abogados del Estado difundiendo el auto y nadie responde. Esto sigue siendo el reino del terror».

La pregunta es ¿quién defiende a la Abogacía?

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